El Gobierno del presidente Joe Biden ha propuesto un plan que pretende revolucionar el sector del automóvil y dar el impulso definitivo al coche eléctrico en Estados Unidos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (la EPA, por sus siglas en inglés), ha planteado una estricta regulación de las emisiones contaminantes de los coches con la que pretende impulsar las ventas de coches eléctricos, entre otras cosas, según ha anunciado en un comunicado. El objetivo es que hasta dos tercios de los nuevos coches vendidos sean eléctricos en 2032, frente al 5,8% del pasado año. En paralelo, Biden está impulsando a través de ayudas públicas las inversiones en plantas de baterías y de automóviles movidos con ellas.
El plan aún tiene que ser aprobado definitivamente y los vaivenes de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático han sido frecuentes. El expresidente Donald Trump, que aspira a volver a la Casa Blanca, se burla del coche eléctrico en sus mítines y otros republicanos, entre ellos los gobernadores de Florida y Texas, defienden al sector de los combustibles fósiles y ridiculizan o castigan a las empresas que operan con criterios de sostenibilidad.
Esa polarización política pone en duda la credibilidad del compromiso climático de Estados Unidos. El Tribunal Supremo, además, cuestionó la autoridad de las agencias gubernamentales para imponer regulaciones medioambientales sin una habilitación expresa del Congreso, donde los republicanos controlan la Cámara de Representantes y Biden tendría muy difícil sacar adelante leyes medioambientales. El presidente, eso sí, se ha mostrado dispuesto a vetar cualquier ley que implique un retroceso en la materia.
El Gobierno de Biden ha dado ahora un paso al frente con su nueva propuesta, sometida por ahora a audiencia pública. “Se prevé que las normas propuestas aceleren la transición a los vehículos eléctricos”, ha señalado la EPA en un comunicado. Los límites de contaminación planteados no exigen que se venda un número concreto de vehículos eléctricos al año, sino que se limiten las emisiones de gases de efecto invernadero de forma muy exigente, obligando a las compañías a abrazar la electrificación.
Dependiendo de las vías de cumplimiento que los fabricantes elijan para cumplir las nuevas normas, el organismo prevé que los vehículos eléctricos podrían representar el 67% de las ventas de vehículos ligeros nuevos y el 46% de las ventas de vehículos medios nuevos en el año de referencia 2032.
La EPA espera que las normas para vehículos ligeros propuestas para 2032 den lugar a una reducción del 56% en los niveles objetivo de emisiones medias de gases de efecto invernadero de la flota en comparación con las existentes para 2026. Las normas propuestas para los vehículos de carga media darían lugar a una reducción del 44%.
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Al tiempo, la EPA pretende que también sean eléctricos la mitad de los nuevos autobuses y una cuarta parte de los camiones pesados.
“Al proponer las normas de contaminación más ambiciosas jamás aplicadas a automóviles y camiones, estamos cumpliendo la promesa de la Administración Biden-Harris de proteger a las personas y al planeta, garantizando reducciones críticas de la peligrosa contaminación atmosférica y climática y asegurando importantes beneficios económicos, como menores costes de combustible y mantenimiento para las familias”, ha declarado Michael S. Regan, administrador de la EPA, a través de un comunicado. “Estas ambiciosas normas son fácilmente alcanzables gracias a la agenda Invertir en América del presidente Biden, que ya está impulsando un progreso histórico para construir más coches eléctricos fabricados en Estados Unidos”, ha añadido.
Escepticismo del sector
Si se finaliza el año que viene, como se espera, el plan representaría el mayor impulso hasta la fecha hacia un cambio, antes casi impensable, de los coches y camiones de gasolina a los vehículos impulsados por baterías. John Bozzella, director general de la Alliance for Automotive Innovation, una asociación que agrupa a los grandes fabricantes, sostiene que “el plan de emisiones propuesto por la EPA es agresivo se mire por donde se mire”. “Con esto quiero decir que establece unos objetivos de electrificación del automóvil en los próximos años que son muy altos”, ha añadido.
Bozzella asegura que la transición de Estados Unidos hacia un futuro de transporte eléctrico y con bajas emisiones de carbono está muy avanzada. “La fabricación de vehículos eléctricos y baterías se está acelerando en todo el país porque los fabricantes de automóviles han autofinanciado miles de millones para ampliar la electrificación de los vehículos”, ha indicado en un comunicado de reacción a la nueva propuesta. Pero el sector está sorprendido de que las nuevas propuestas no guarden mucha coherencia con el anuncio hace menos de dos años, en agosto de 2021, de un objetivo de electrificación del 50% para 2030 que recibió el apoyo de la industria automovilística.
De hecho, según fuentes citadas por el New York Times, la EPA ha tenido que cancelar sus planes de presentar la propuesta en Detroit, capital el sector, junto a directivos de los grandes fabricantes porque las empresas han rechazado hacerlo al conocer el contenido de la propuesta regulatoria.
La industria señala que hay 91 modelos de coche eléctrico en el mercado, de todos los segmentos y precios. Los vehículos eléctricos representaron el 10% de las ventas de vehículos nuevos en diciembre, según el sector, pero en el primer trimestre de este año han sido de poco más del 7%. La EPA, por su parte, afirma que desde que Biden asumió el cargo, las ventas de vehículos eléctricos se han triplicado, mientras que el número de modelos disponibles se ha duplicado. Hay más de 130.000 cargadores públicos en todo el país, un 40% más que en 2020. El sector privado también ha comprometido más de 120.000 millones de dólares en inversiones nacionales en vehículos eléctricos y baterías desde que se aprobó la Ley de Reducción de la Inflación.
El transporte es la mayor fuente de emisiones de carbono en Estados Unidos, con cerca del 27% de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020, según la EPA. La energía eléctrica genera la segunda mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero, con un 25%, de modo que la transición al coche eléctrico debería ir acompañada de un auge de las energías renovables en la generación eléctrica.
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