La Real certificó en Cornellà su trayectoria de equipo perdedor, cosechando su 14ª derrota de la temporada. El equipo blanquiazul, de hecho, termina el campeonato con más traspiés que victorias, lo que ha influido de manera negativa en las aspiraciones europeas de un equipo que termina el campeonato en novena posición, por detrás del Espanyol, séptimo, y del Athletic, octavo.
Esta tendencia derrotista comenzó en Ipurua, en la jornada 3 de Liga. Allí la Real se adelantó en el marcador, pero no le sirvió para puntuar en el feudo eibarrés. La segunda llegó dos semanas después en el estreno del nuevo Anoeta con el Barça como rival. También en aquella ocasión el conjunto blanquiazul comenzó dando primero con el tanto de Aritz
Elustondo, pero no valió de nada. La tercera tuvo otra vez como escenario Anoeta en la visita del Valencia (0-1). Con posterioridad llegaron las derrotas en el Wanda Metropolitano (2-0), en el Villamarín (1-0), en Anoeta ante el Valladolid (1-2), en el Coliseum (1-0), de nuevo en el campo de Amara frente al Alavés (0-1), ante el Atlético (0-2), en el Pizjuán (5-2), en Balaídos (3-1), en el Camp Nou (2-1), en Anoeta contra el Villarreal (0-1) y la de ayer en Cornellá. De las 14 derrotas, seis han llegado en el renovado Anoeta, donde la Real ha sufrido más de la cuenta para sacar adelante sus partidos en el primer año sin pistas de atletismo.
Más puntos de local
Pese a todo, la Real ha sumado más jugando de local que de visitante. De los 50 puntos con los que ha terminado la Liga, 27 los ha conseguido al amparo de sus aficionados, mientras que 23, jugando en campo contrario, una puntuación esta última que le convierte en uno de los mejores visitantes del campeonato. Solo cuatro equipos (Barça, Atlético, Real Madrid y Valencia) han puntuado más jugando en campo rival, lo que habla muy bien del rendimiento ofrecido por la Real en los diferentes estadios de Primera División .
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