A solo un paso de la gloria. Así cayeron este lunes los Boston Celtics, que perdieron el séptimo partido de la final del Este ante los Miami Heat (84-103), que ya no podrán luchar por el anillo ante los Denver Nuggets y que además dejaron escapar una posibilidad de oro de haber hecho historia en la NBA.
150 veces se había dado un 0-3 en unos playoff de la NBA y en las 150 veces no se produjo la remontada.
Los Celtics parecían tener todo a su favor para acabar con la ‘maldición’ este año puesto que jugaban en casa el séptimo duelo tras haber resucitado con tres triunfos seguidos cuando ya parecían con pie y medio en la eliminación.
Pero la ansiedad, el desacierto, la soberbia actuación de los Heat y también la mala suerte de los Celtics echaron por tierra las esperanzas de un 4-3 inédito en la historia en la liga.
Además, los Celtics de Jayson Tatum y Jaylen Brown tampoco podrán ‘vengar’ su derrota el año pasado en las Finales de la NBA, cuando sucumbieron en la serie por el título ante los Golden State Warriors de Stephen Curry (4-2).
La pesadilla del TD Garden, con un ambientazo sensacional esta noche, comenzó en la misma primera jugada del partido, cuando Tatum, su gran líder y un especialista en lucirse en ‘séptimos encuentros’, se torció el tobillo izquierdo al caer sobre el pie de Gabe Vincent.
Tatum siguió en la pista y acabó jugando 42 minutos pero durante toda la noche se le vio con evidente dolor, muy frustrado e incómodo y con muchos problemas tanto de movilidad como en el tiro.
Con su estrella en una situación precaria, los de verde se fueron derritiendo poco a poco ante unos Heat que olieron sangre y que llevaron el encuentro con maestría a su terreno (pocos puntos, ritmo lento, dominio de las defensas sobre los ataques…).
Nadie dio un paso al frente en lugar de Tatum, que acabó el partido con 14 puntos (5 de 13 en tiros) y 11 rebotes.
Especialmente señalado quedó el segundo espadachín de los Celtics, un Jaylen Brown desaparecido y con un encuentro muy triste: 19 puntos con 8 de 23 en intentos a canasta (incluido un ridículo 1 de 9 en triples) y 8 pérdidas de balón.
Aunque sobre todo, esta noche para el olvido de Boston se fraguó en su terrorífico porcentaje de triples con un 9 de 42 en toda la velada (21,4 %) después de un escalofriante 0 de 10 en el primer cuarto.
Solo 15 tantos metieron los locales en ese primer periodo y la situación no mejoró en el segundo, en el que llegaron a perder por 17 puntos ante unos Heat muy serenos y concentrados que no dejaban de crecer y crecer.
La ilusión de los Celtics de sellar su remontada histórica con otra actuación épica frente a todos los elementos tuvo su momento en el tercer cuarto cuando Derrick White, el único salvable del naufragio, anotó 13 puntos y dejó a su equipo con solo -7.
Pero los Heat no perdieron la cabeza y fundieron poco a poco a unos Celtics sin ideas y sin gasolina, con las caras desencajadas y el ánimo por los suelos, y que tiraron la toalla en el último cuarto (18-27).
Tras esta muy dolorosa derrota, Boston se unió además a los únicos tres equipos que habían forzado un 3-3 tras empezar perdiendo por 0-3 una serie y que finalmente también acabaron hincando la rodilla en el séptimo encuentro.
Estos Celtics acompañan desde hoy a los New York Knicks de 1951 frente a los Rochester Royals, los Denver Nuggets de 1994 contra los Utah Jazz y los Portland Trail Blazers de 2003 ante los Dallas Mavericks.
En cambio, los Miami Heat, el segundo equipo que como octavo de conferencia alcanza las Finales en la historia de la NBA, firmaron una dulce ‘venganza’ ante los Celtics, que justamente les eliminaron el año pasado en la final del Este tras siete partidos.
Crónica: David Villafranca / EFE. Fotos: USA TODAY Sports.
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