Las 24 Horas de Le Mans por dentro: una edición que será recordada

Las 24 Horas de Le Mans por dentro: una edición que será recordada

Es como un parque de atracciones del automovilismo mundial. Una catedral para los amantes del motor. Un lugar de peregrinaje que todo aficionado al motorsport debe visitar una vez en la vida. Incluso para aquellos que no sepan nada de deportes sobre cuatro ruedas. Solo así se comprende la magnitud de un evento que este curso es aún más importante al cumplir 100 años. Las 24 Horas de Le Mans son una fiesta total. 

MD no tardó en recordarlo al llegar al trazado el viernes por la tarde. En el centro de la ciudad, los pilotos se daban un baño de masas en el desfile previo. Y a varios kilómetros, en el corazón del mítico La Sarthe, la afición ya empezaba a celebrar el inicio de un fin de semana para el recuerdo. Coches clásicos de las 24 Horas regalaban los oídos y la vista de los fans con su rugido y elegancia. En la zona central de fans, la más cercana al paddock, en las terrazas de los bares no cabía un alfiler y ya se olía a gasolina en las decenas de carpas en las que los fabricantes exponen algunas de sus joyas, como el Hypercar de Ferrari, coches de la NASCAR, el primer ganador de Le Mans en 1923 y muchos otros. La cola en las tiendas oficiales eran cada vez más largas y el colorido de las calles interiores del recinto impresionaba. Miles de gorras de equipos y marcas, con afición venida de todas partes del mundo, algunos de ellos, aprovechando la ocasión para celebrar su despedida de soltero.

Antes, a las puertas del recinto llamaba la atención ver a miles de personas que acudían a pie hacia la entrada. Y sobre todo, los coches de alta gama y clásicos para bolsillos privilegiados que rodaban en los aledaños. Era extraño no ver un Ferrari, un Jaguar histórico o cualquier otra joya. De hecho, incluso había muchos coches del ‘Cavallino’ y vehículos de lujo de todo tipo dentro de la zona de camping, al lado de las caravanas de sus propietarios. Ir de acampada con un Ferrari, eso solo pasa en Le Mans. Cuestión de millones.

Subasta millonaria en pleno circuito

Pero para dinero, el que se movía en una subasta realizada por la prestigiosa casa RM Sotheby’s en pleno corazón de la pista. Dentro de esa carpa, varias decenas de personas atendían al teléfono con nervios y tensión esperando el sí al otro lado de la línea para subir la puja. Había mucho en juego: hasta 21 coches que habían participado en Le Mans durante un siglo de carreras. “Es la venta más importante de coches de competición jamás ofrecida”, decía la casa de subastas. Y ahí, pese a que se vendían coches que no habían ganado, se alcanzaron precios increíbles. Por ejemplo, uno de los seis ejemplares que existen en el mundo del Porsche 962 C fue vendido por 5,5 millones de euros, en ocho minutos, por una apuesta inicial de 3 millones de euros. 

Una subasta en plenas 24 Horas de Le Mans

Cedida

“Nunca había visto a tanta gente”

Aunque para locura, la del público. Compañeros periodistas que han vivido ‘in situ’ 17 u 18 ediciones, lo tienen claro: “Nunca había visto a tanta gente aquí. Es una locura”. A eso de las 21.00 h, la cola de entrada al circuito era kilométrica. La fiesta no había hecho más que empezar. La noche previa iba a ser larga. Y al día siguiente, aquellos que habían preferido posponer su compra de recuerdos de ‘merchandising’, se lamentaban por su enorme error. Había metros y metros de colas en las puertas de todas las tiendas, que se mantenían incluso durante la noche. Y la gorra de la edición centenario se agotó en un día.

LeBron ‘King’ James, Tom Brady y una afición increíble

El sábado, día de carrera, los espectadores se multiplicaron. Se esperaban 350.000 personas en la pista francesa, y a falta de cifras oficiales, lo que se puede decir es que el lleno era absoluto desde primera hora. La edición centenario se notó. También la incorporación de grandes marcas a la nueva clase reina de Hypercar. En la parrilla de salida no cabía nadie más y acceder a los coches era cuestión de codos. Y tras ello, el espectáculo previo, de la mano de la estrella de la NBA LeBron James. No fue la única estrella que quiso estar presente. Además de la cúpula directiva de Ferrari, el jefe del equipo de F1, Frédéric Vasseur y el piloto Charles Leclerc, también se pasó por Le Mans un gran amante de las carreras, el mejor jugador de la historia de la NFL, Tom Brady. “Arranquen los motores”, entonó en francés LeBron James después de que sonara la Marsellesa. Sin asiento era casi imposible ver la pista en el momento del inicio. Sí escuchar su imponente sonido. Había empezado la verdadera celebración y quedaban 24 horas por delante. 

Horizontal

LeBron James da el banderazo de salida de las 24 Horas de Le Mans

Clive Rose / Getty

Las 24 Horas de Le Mans de 2023, la edición centenario, ha contado con un lleno absoluto de público

Las 24 Horas de Le Mans de 2023, la edición centenario, ha contado con un lleno absoluto de público

Fabio Marchi

La noche, una fiesta total 

Para entender lo que es Le Mans es necesario vivir su noche. Nos adentramos en un pequeño bus de prensa en la zona con más historia del trazado, la que transcurre por carretera. Nos trasladamos a la chicane Playstation, la primera frenada fuerte de la mítica recta de Hunaudières

Para llegar allí, a eso de las 23.00 h, el lío de gente era tremendo. Miles y miles de personas, con sillitas de camping al hombro, familias enteras con niños y carritos, se desplazaban de una curva a otra para vivir la magia de la noche de Le Mans. Se puede hacer a pie hacia los puntos más próximos, pero sobre todo, mediante buses para los fans que llevan a los amantes del motor a los lugares más míticos. La logística es espectacular. Es ahí cuando parece que estés dentro de una ciudad con vida propia, aunque en realidad estés en medio de campos, carreteras antiguas y señales de tráfico. Lugares con un encanto único. 

Para llegar a nuestro destino, antes había que cruzar una zona con miles de aficionados que disfrutaban de un gran concierto en una parte del circuito que se usa para las motos. Ahí, se paró de bailar y cantar por unos instantes para ver un espectáculo de luces en medio de la noche con centenares de drones que dibujaban en el cielo la forma de un coche, el logotipo de Le Mans y muchas otras cosas. 

También hubo varios espectáculos de fuegos artificiales. Y allí, entre casetas que hacían su agosto vendiendo Crepes, cafés o patatas recién fritas, la gente seguía su fiesta con una enorme sonrisa. 

Tras 10 minutos, llegamos a la chicane Playstation. Allí, un bar en medio de la nada lleno de posters de ediciones históricas de Le Mans recibía a sus invitados en una terraza especial, ubicada justo al lado del asfalto. A pocos metros, la oscuridad de la carretera se veía interrumpida cada pocos segundos por la imponente luz de los focos de los coches, que llegaban a toda velocidad. El ruido era música celestial para los presentes. El paso de los bólidos por aquella carretera, una obra de arte. 

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Fabio Marchi

La noche fue larga para muchos. Hubo gritos de lamento a las 3 de la mañana al ver como el coche local, el Peugeot 94, se chocaba contra el muro cuando era líder y decía adiós a sus opciones de triunfo. Pero eso no paró la fiesta que es este evento. Un lugar de culto. Un fijo para los habitantes locales, pero también para los amantes del motor de todo el mundo. 

Le Mans es como el mejor de los festivales de música. Un lugar para ver coches en una curva perdido por el campo, para mezclarte con la tradición histórica de una cita mágica, para disfrutar del paddock, la oferta de todo tipo en las múltiples zonas de fans, acudir a la noria y las atracciones ubicadas al lado de la recta principal, buscar una gran joya entre puestos de miniaturas de coches con historia, tiendas de ropa de carreras, pasar una buena noche junto al fuego en el camping entre amigos o tomando algo en uno de los muchos bares repartidos por el trazado, siempre con un monitor al lado que te recuerda que hay una carrera en juego, así como el rugido de los motores de fondo. 

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Fabio Marchi

Le Mans es un lugar para perderte en los más de 13 kilómetros que tiene su pista. Una cita a la que acuden amantes del motor y también personas a las que les da absolutamente igual del deporte de las cuatro ruedas, pero que jamás osarían perderse un evento tan majestuoso e imprescindible en sus vidas. Puedes pasar todo un día en Le Mans y no repetir ubicación. Un parque de atracciones del automovilismo. Un festival sin igual. Pasión, historia, tradición. Patrimonio de la Humanidad. 

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Las 24 Horas de Le Mans, de noche

Fabio Marchi




Source link