Las notas del Real Madrid en la temporada 18/19

Sin culpa en la pésima temporada del Madrid, como su compañero y rival en la portería. No sumó ni actuaciones soberbias que valieron puntos ni cometió errores groseros que costaron derrotas. Se despedirá del club tras cinco temporadas como el portero de la tres Champions seguidas.

Curso muy deficiente. El Madrid apostó por él tras su gran mundial pero el rendimiento ha estado muy por debajo de las expectativas. A pesar de su nivel, no se le puede responsabilizar del devenir del curso. La defensa no le ayudó.

Partió como suplente habitual pero las lesiones y el mal momento de Carvajal terminaron dándole protagonismo en la banda derecha. Mostró verticalidad, profundidad y entusiasmo pero dejó lagunas en la retaguardia. Sumó 6 asistencias.

Una sombra del lateral poderoso que dominó su banda en los últimos cursos. Se le vio superado en defensa, descentrado y sin mordiente arriba. Un desastre.

Asumió el mando del equipo y es uno de los pocos que se salvan. Su sonada ausencia en la vuelta ante el Ajax fue el detonante de la eliminación. En la ida, como en muchos tramos de la temporada, sostuvo todo el sistema defensivo de un Madrid que hizo aguas por todos lados.

No dio el nivel que se le presupone. Sufrió en los partidos más exigentes y no ofreció el rendimiento que coronó a Francia en el Mundial. Sigue sufriendo cuando no tiene a Ramos a su lado.

Temporada para el olvido. No fue el multiusos seguro de siempre y quedó retratado en la debacle ante el Ajax. Se mostró inseguro e incapaz de tapar sus carencias durante toda la campaña.

Otra campaña marcada por unas lesiones que nunca le han permitido tener continuidad. Cuando jugó estuvo correcto, sin más.

Sencillamente, su peor temporada con la camiseta del Madrid. Desconectado desde el principio, se le ha visto muy fuera de forma. Un coladero atrás y arriba no transmitió su habitual amenaza y repertorio técnico para desequilibrar partidos.

Una de las escasas buenas noticias que ha dejado el Madrid. Ante un Marcelo desaparecido, dio la talla en escenarios exigentes a pesar de su inexperiencia. Mostró buenas maneras en defensa, donde es difícil superarlo en el uno contra uno, y en ataque se incorpora con frecuencia y acierto.

Otro de los grandes señalados de la debacle general. Nunca fue capaz de sostener la medular y se le vio torpe e inseguro con el balón. En los duelos más importantes naufragó estrepitosamente.

Tardó en encontrar su sitio pero la lesión de Casemiro en Balaídos le catapultó a la titularidad con Solari. Fue el jugador blanco más destacado del Mundial de Clubs pero su lesión ante el Barça en la Copa cortó de raiz su progresión. Todo parece indicar que no entra en los planes de Zidane.

Solari lo sacó del ostracismo y empezó a tener más minutos. Sus ansias de agradar y de hacerlo todo sobre el terreno de juego le terminaron pasando factura. Como ocurre con Llorente, lo normal es que salga este verano.

Su gran Mundial le pasó factura y tardó muchos meses en coger el tono físico. Cuando lo hizo ya era tarde y nunca pudo poner al servicio del equipo su calidad, inteligencia y sabiduría. Una temporada para el olvido para el vigente Balón de Oro.

Uno de los pesos pesados de las últimas temporadas que se desplomó al mismo tiempo que el resto del equipo. Casi nunca pudo llevar el peso del partido y no se entendió ni con Lopetegui ni Solari. Su dejadez en defensa condeno a sus compañeros a sufrir con mucha frecuencia

Arrancó el curso como una pieza esencial para Lopetegui pero fue perdiendo influencia a medida que el Madrid se descalabraba. Solari le relegó a un papel residual por motivos de disciplina y Zidane trató de recuperarlo sin éxito.

Solo asomó a partir de la llegada de Solari y Zidane mantuvo la confianza en él. Tiene fama de ser un centrocampista completo y de mucho despliegue pero todavía es inmaduro y disperso y no termina de definirse en un rol claro.

El mejor futbolista del Madrid esta temporada. Asumió el liderazgo en ataque y firmó su segundo curso más goleador. Además, fue el gran generador en la parcela ofensiva.

Sentenciado. No empezó bien y acabó peor, denostado por Zidane. Desapareció en los grandes partidos del curso y dejó en evidencia a quienes veían en él al heredero de Cristiano. Tras 5 de grandes picos y bajadas, tiene todos los números de abandonar el equipo.

Pidió galones en verano y era uno de los jugadores llamados a liderar la transición post Cristiano. El resultado, 6 goles (1 en Liga) en 44 partidos. Su irregularidad fue la tónica habitual en su temporada.

Su papel de revulsivo y de multiusos ha quedado cada vez más diluido. Su sacrifico, despliegue e intensidad son innegociables, pero su déficit de calidad, gol y desequilibrio son un problema a la hora de cambiar partidos desde el banquillo.

La gran sorpresa de la temporada. Empezó en el Castilla y acabó siendo fundamental con Solari. Los mejores tramos del Madrid este curso coincidieron con él en el césped. Puro desequilibrio en el uno contra uno, sigue mostrando muchos problemas en la definición. Su lesión ante el Ajax le cortó las alas a él y a su equipo.

Las lesiones le han mermado durante toda la temporada y le han relegado a un papel residual. Cuando jugó, fue una amenaza en el área rival pero le faltó acierto. Le falta nivel para ser el 9 del futuro del Madrid.

El fichaje de invierno empezó teniendo minutos con Solari pero no despegó hasta la llegada de Zidane. Atrevido, inteligente aunque en ocasiones demasiado individualista, el malagueño ha sido una de las pocas noticias positivas del Madrid en el tramo final.