El ‘chili’ fue uno de los pocos en ponerle picante al guiso francés con una magnífica salida. Carlos Sainz arrancaba sexto en el GP de Francia de F1 tras Lando Norris, pero pasó a su compañero por fuera e incluso puso su morro por delante del Red Bull de Max Verstappen. No obstante, el madrileño tuvo que levantar el pie al encontrarse en su trazada a Leclerc, lo que dio alas a un Max al que Carlos todavía pondría en dificultades. No bajó la cabeza y se volvió a pegar a la parte trasera del coche del neerlandés, que cerró todas las puertas al español en la primera vuelta antes de escaparse.
A partir de ahí, Carlos Sainz tuvo que dar un golpe sobre la mesa dentro de su equipo y dejar las cosas claras. Lando Norris, muy cerca, se quejaba por radio de que estaba destrozando los neumáticos tras la estela del madrileño. “Tienes que ir 3 décimas más rápido”, le dijeron a Carlos desde el muro. Presión ante la que Sainz respondió mejorando en 5 décimas en ese mismo giro.
Más tarde, parecida situación. Le pidieron un 1’35”8 y Carlos les dio un crono una décima mejor. 1’35”7 para dejar claras las cosas e imponer su hegemonía en el equipo. El ex de Toro Rosso y Renault no iba a dejar escapar una sexta plaza que se ganó a pulso con un gran arranque y su gestión de neumáticos. Y así lo hizo. Todavía le demandaron un arreón final. Y el español, que tenía mucho más guardado, no defraudó con un cambio de ritmo con el que rodaba en tiempos de Verstappen.
El único peligro para McLaren era un Ricciardo que venía encendido por detrás, en la octava posición tras una buena remontada. Alcanzó a Norris en la última vuelta junto al tren que lideraba ante Raikkonen y Hülkenberg. Con problemas de hidráulicos, Lando tuvo que ver como perdía una gran séptima plaza y finalizaba en la décima.
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