Julio Moguel
El cualsea dignificado;
El quídam colocado en el centro;
El excedentario convertido en el motor de la única galaxia en la que tendríamos que vivir, si de vivir se trata;
El sin-rostro despersonalizado por una idea de ciudadanización en la que no caben el espacio mudo del escrito o la simple y llana diferencia;
El inexistente redimido por una demostración palpable, cotidiana, religiosa, de conductas aplicadas en el lento y no pocas veces opresivo y asfixiante suceder que, cabe decirlo, es o ha sido en México, y en no pocas partes del planeta, el campo fértil para que una minoría de minorías se enriquezca a costa de los más y sin muestra alguna de pena o de recelo:
Ese cualsea, quídam, excedentario o sin-rostro en rebeldía capaz de caminar día a día a contracorriente para pelear con su lugar de gran artista, pensador y luchador social el lugar de cada uno y de todos los bio-seres en la historia que vivimos, tiene nombre y apellido: es Francisco Toledo, fallecido por cáncer de pulmón, a sus 79 años de edad, el pasado 5 de septiembre.
Que no descanse en paz, pues la lucha sigue y sigue…
*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.