Jornada 7 de LaLiga y en el Atlético de Madrid ya están con la mosca detrás de la oreja. La última semana, con dos partidos, ante Mallorca y Real Madrid, dejó dos polémicas en las que el club rojiblanco se ha sentido agraviado con lo ocurrido, teniendo en mente además lo que sucedió el curso pasado con Diego Costa en el Camp Nou, donde fue expulsado por Gil Manzano por insultarle y sancionado después con ocho partidos.
Este sábado, en el Metropolitano, Sergio Ramos insultó al asistente de González González, que se inhibió y no comunicó al árbitro principal lo que le dijo el capitán blanco. Algo que sí escucharon en el banquillo del Atlético, desde donde Simeone reaccionó de inmediato. El técnico estuvo varios minutos reclamando una sanción para Ramos que nunca llegó. También varios integrantes del banquillo. Después, en sala de prensa, el Cholo no quiso hablar del asunto. Pero el enfado estaba ahí.
Incluso cuando llegó el descanso, Diego Costa se acercó a González González para decirle que a él, “por la mitad” de lo dicho por el de Camas, le cayeron ocho partidos de sanción, según captaron las cámaras de Gol.
El agravio se hace mayor para los rojiblancos teniendo en cuenta que el miércoles, en Son Moix, Álvaro Morata fue expulsado tras recibir dos amarillas en apenas 20 segundos por encararse, “sin insultar”, con dos contrarios (Xisco Campos y Salva Sevilla). Sin embargo, tanto Hernández Hernández en el campo como Gil Manzano en el VAR no vieron la entrada del central bermellón por detrás con los tacos sobre el talón de Morata, que fue lo que originó toda la polémica.
Costa ocho partidos de sanción por insultar al árbitro, Morata expulsado por encararse con dos rivales y Ramos, sin castigo tras insultar a un asistente. Esos son los argumentos que esgrimen desde el Atlético para denunciar un doble rasero.
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