La Casa Blanca ha anunciado este jueves que la cumbre del G7 se celebrará en junio en el complejo de golf National Doral, en Miami, una de las propiedades del presidente de EE UU, Donald Trump. El jefe de Gabinete estadounidense, Mick Mulvaney, defendió que el mandatario republicano no va a obtener beneficios por hospedar a los mandatarios en uno de sus hoteles. Aclaró que la marca Trump “no necesita ayuda”, ya que es lo suficientemente grande y que la decisión se basó en que era “el mejor lugar” de la decena que evaluaron. Respecto a la agenda del encuentro, el funcionario aclaró que no se discutirá el calentamiento global, uno de los temas troncales de las últimas cumbres.
Los líderes mundiales de Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Japón serán recibidos por Trump en uno de sus complejos de golf ubicado a las afueras de Miami, cerca del aeropuerto. La decisión de celebrar allí la cumbre implica que cientos de diplomáticos y medios de comunicación intentarán alojarse en ese mismo lugar, lo que convierte la cumbre en un escaparate mundial de publicidad para el negocio del presidente. Los países que conforman el G7 se turnan para celebrar el encuentro. La última vez que le tocó a EE UU fue en 2012, cuando el expresidente Barack Obama recibió a los mandatarios en la casa de verano que posee el Gobierno en Camp David, Maryland, a media hora de Washington. En 2004, el expresidente George W. Bush hizo de anfitrión en el exclusivo complejo turístico de Sea Island, Georgia.
“Fueron a lugares de todo el país. Volvieron y me dijeron: ‘Aquí [en el National Doral] es donde nos gustaría estar”, dijo Trump en la última cumbre del G7 celebrada en agosto en Biarritz, Francia. “No se trata de mí. Se trata de conseguir la ubicación correcta”, agregó el presidente, que celebró con entusiasmo lo grande que era el aparcamiento y las cabañas aledañas para alquilar. “Se siguieron muchos de los criterios utilizados por las Administraciones anteriores”, aclaró Mulvaney. Incluso afirmó que un funcionario de los que trabajó por la elección del lugar, dijo que era como si hubieran construido el Doral especialmente para este evento.
Según la declaración financiera de Trump, el presidente estadounidense ganó 76 millones de dólares en ingresos por su complejo del Doral en 2018, una caída sustancial en comparación con los casi 116 millones de 2016. Desde que el neoyorquino entró en la política, los ingresos generados por sus propiedades han descendido con fuerza. Esto, a pesar de que los comités del partido republicano han gastado millones en sus instalaciones en 2019.
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