Durante el periodo conocido como la Guerra Sucia, Rafael Ramírez Duarte fue detenido por elementos de la Brigada Blanca en la Ciudad de México cuando tenía 28 años de edad.
A 43 años de la desaparición forzada de Rafael Ramírez Duarte, secuestrado y preso en un Campo Militar en 1977, su familia recuerda que gobiernos han pasado sin lograr justicia para él y los demás desaparecidos.
“¿Por qué la búsqueda recae en los familiares, mientras los gobiernos permiten la impunidad y la sociedad permanece en silencio mirando a otro lado?”, se preguntan Tania y Pável Ramírez, y Sara de Ramírez Duarte, en un mensaje publicado en la página de Facebook de H.I.J.O.S. México y el Comité Eureka.
De acuerdo con recuentos de los familiares, Ramírez Duarte fue detenido por elementos de la Brigada Blanca en la Ciudad de México cuando tenía 28 años de edad.
Al momento de su desaparición aún era estudiante de la Facultad de Economía de la UNAM, era integrante de la redacción del periódico Madera, de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
La desaparición de Ramírez Duarte se dio en el periodo conocido como la Guerra Sucia de los años 70.
En un mensaje, señalan que de nuevo se denunciaron casos de desaparición, ahora en Guadalajara, el viernes 5 de junio pasado durante las protestas por la muerte del Giovanni López, de 30 años de edad, a manos de policías municipales.
“Afortunadamente, volvieron todos. Ahora sólo faltan 43… y unos 61 mil más. ¡Vivos los llevaron! ¡Vivos los queremos!”, concluyen en la página de H.I.J.O.S. México y el Comité Eureka.
“Estos días de pandemia han sido difíciles en los hogares con la angustia de no ver a sus seres queridos, ¿se imaginará la gente ahora el significado de estas ausencias?”, plantean.
En días recientes, señalan que Paula Barrón falleció de Covid-19, y se fue sin conocer el paradero de su papá, José Barrón Caldera, un desaparecido político de Sinaloa.
El colectivo señala que seguirán buscando a Barrón Caldera.
Además, el colectivo expresa que en estos días han visto sociedades organizadas reaccionando con rabia e inteligencia derribar murallas de racismo que se creían infranqueables.
“Han comprendido que el racismo no sólo atenta contra grupos en particular, sino contra la humanidad entera. ¿Cuándo entenderemos que lo mismo pasa con la desaparición forzada?”.