A la tercera va la vencida para Lunin


Cuando Lunin aterrizó en Madrid en el verano de 2018, lo hizo con el cartel de ser uno de los porteros más prometedores del panorama europeo. Joven, espigado, con grandes reflejos y, sobre todo, un gran potencial de mejora. Sin embargo, un desencadenante de malas decisiones le ha derivado de cesión en cesión y, esta vez en Oviedo, buscará la regularidad que no ha encontrado ni en Leganés ni en Valladolid.



Y es que el guardameta ucraniano, en la última temporada y media, tan solo ha disputado nueve partidos (7 con el CD Leganés y 2 con el Real Valladolid). No ha podido ni con el ‘Pichu’ Cuéllar en Butarque, ni con Jordi
Masip en Zorrilla que siempre han sido las primeras opciones para sus respectivos técnicos.

Deja así un bagaje bastante pobre para un jugador que, lo que necesita más allá de saberse con cualidades para ser un gran portero en el futuro, son minutos y confianza debajo de los palos para llegar a serlo. Una situación que ha llevado al Real Madrid a entrar de lleno en la operación para evitar que siga perdiendo potencial en el banquillo.

En esta ocasión, todo apunta a que su rol será más importante en el Oviedo. Condicionado también por la categoría menor en la que jugará y que le podrá curtir de cara al futuro como ya le ocurre a Luca
Zidane quien es el dueño de la portería del Racing de Santander de manera indiscutible.

Tendrá así una oportunidad durante los próximos seis meses en los que se podrá ver por primera vez y después de dos intentos fallidos, las cualidades de las que goza para ser el próximo portero del Real Madrid, un puesto al que está llamado desde su llegada a la portería merengue.


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