Bob Geldof cantaba que no le gustaban los lunes. Ayer escribí estas líneas sin saber lo que iba a hacer el Athletic contra el Osasuna en San Mamés. Es de esos lunes odiosos, intranquilo hasta no llegar a tu localidad y ver la salida de los rojiblancos, pues, como a los toros, enseguida se les ve el talante.
Y este era un lunes especial, el primero del año, rodeado de trozos de mazapán que nadie quiso y de turrones sin terminar que llenan de culpa mi conciencia. Otra vez para dentro, por no tirar…
El Athletic no debe tirar la temporada en este mes loco de enero que nos abre el nuevo año. Ha empezado bien tras el parón competitivo motivado por la disputa del Mundial de Qatar y no debe dar un paso atrás. La ilusión entre la afición es máxima.
La Champions está al alcance y los propósitos para el nuevo año aún pueden cumplirse. Los de Ernesto Valverde llevan ocho triunfos y un empate en sus últimos nueve partidos (incluyendo los cuatro amistosos disputados a lo largo de la singular pretemporada invernal llevada a cabo por los leones). Hay que mantenerse en la ola y, a ser posible, cortar las trayectorias de Osasuna y Real.
Esperemos que el atracón de goles de Elda nos siente mejor que el de turrón y podamos repetir.