Freya, una morsa hembra de 600 kilos que desde el 17 de julio eligió las aguas del fiordo de Olso para tomar el sol, fue sacrificada por el Gobierno de Noruega al ser catalogada como una “amenaza a la seguridad humana”.
Jonas Gahr Støre, primer ministro de Noruega, defendió la decisión y aseguró que no le sorprendió que la muerte del mamífero haya provocado muchas reacciones internacionales. “A veces tenemos que tomar decisiones impopulares”, dijo a la emisora pública NRK.
En un comunicado el jefe de la Dirección de Pesca de Noruega, Frank Bakke-Jensen, explicó que habían examinado cuidadosamente todas las soluciones posibles, no obstante llegaron a la conclusión de que no podían garantizar el bienestar del animal por ningún medio disponible.
Sin embargo, entre las críticas a las autoridades noruegas destaca el hecho de que la decisión fue tomada a partir de la desobediencia de los espectadores.
Freya llevaba algunas semanas en el lugar y durante los primeros días la Dirección de Pesca realizó jornadas de observación para estudiar la situación y entender los patrones de descanso del animal. “No hay razón para tomar otras medidas”, garantizó la dirección el 23 de julio en un comunicado.
Como precaución, pidió a los espectadores mantenerse alejados de la zona y evitar contacto con Freya. Sin embargo, tanto locales como turistas ignoraron las recomendaciones de los expertos y en reiteradas ocaciones se vio a grupos de personas a una distancia mínima del animal.
“Es un animal salvaje de alrededor de 600 kg, que no es necesariamente tan fornido y torpe como podría dar la impresión cuando está descansando”, advirtieron las autoridades.
En los siguientes reportes de la Dirección de Pesca de Noruega, los expertos advirtieron que el animal estaba estresado por la presencia de humanos. Reiteraron que si las personas se mantenían “a buena distancia” de la morsa, no surgirían situaciones peligrosas.
El pasado 11 de agosto, las autoridades aún lanzaron una advertencia en favor de la morsa. Pero la gente siguió sin obedecer.
“La Dirección de Pesca busca soluciones para proteger tanto a las personas como a los animales, y así evitar que se presenten situaciones de peligro. El público debe ayudarnos en esto, y la mejor manera de hacerlo es mantener una buena distancia con la morsa, al menos 10 metros”, publicó la dirección.
La morsa fue sacrificada el pasado domingo.
En una publicación de Facebook, Rune Aae, que enseña Biología en la Universidad del Sureste de Noruega, calificó la decisión como precipitada.
“Tarde o temprano, Freya habría salido del fiordo de Oslo, como lo ha demostrado toda la experiencia previa, por lo que matarla fue, en mi opinión, completamente innecesario y otro ejemplo de manejo de armas de gatillo fácil, por lo que Noruega ya es bien conocida”, publicó el experto que hasta ahora estaba a cargo de un mapa público en donde la gente podía sumar observaciones sobre la localización del mamífero.
“Noruega es el país que mató a Freya después de estar durante más de dos años en todo el Mar del Norte. ¡Qué vergüenza!”, lamentó.
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