El entrenador del Leganés, Javier Aguirre, explicó que “el empate no gusta a nadie”, pero al final “fue lo justo”, porque ambos equipos trataron de buscar, con sus herramientas, ganar, pero ninguno fue capaz de conseguirlo y las tablas han sido “divertidas” para las aficiones.
Cuestionado por la tardanza en realizar los cambios, el técnico mexicano advirtió de que el equipo “estaba cómodo, y cuando las cosas van bien no hay por qué cambiarlas” y, cuando entró Guido, se buscaba el 1-3, pero luego llegó el empate y las variaciones en defensa se produjeron por temas físicos.
Respecto al trato recibido por parte de Pichu Cuéllar, quien pudo haber jugado en el Real Valladolid, Aguirre indicó que “es un jugador con muchas tablas al que no le afecta lo que suceda alrededor y, en este caso, la afición es soberana y puede hacer lo que considere oportuno”.
También habló de Braithwaite, cuyos “gestos técnicos son de auténtico nivel” y, según comentó, “pudo matar el partido hasta en tres ocasiones, pero no pudo”. Si bien considera que “podría jugar en un equipo de mayor envergadura”, él está contento en el Leganés y “entrenando a gusto”.
“No quiero destacar a nadie, porque estoy contento con todos porque pudimos ganar, con esa última ocasión que tuvo Guido tras el rechazo de Masip, pero el Valladolid también hizo un gran esfuerzo y el empate ha sido justo”, insistió.
Por último, Aguirre comentó que le “refuerza” el hecho de que “el equipo sabe lo que quiere, se suman puntos y se gana confianza en el juego y en el día a día”.
Y, en cuanto a la actuación arbitral, que no pitó un posible penalti de Salisu sobre Braithwite, aclaró que nunca habla en contra de los colegiados y seguirá sin hacerlo: “los árbitros tienen un trabajo difícil. Hay que dejarles trabajar y respetar su trabajo”, concluyó, antes de alabar la “gran labor” de su “colega y amigo”, Sergio González.
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