“Ahora mismo, mi día libre es Zubieta”


Cumple un año en la Real. ¿Cuál ha sido su mejor apuesta?



La gente que tengo alrededor. Me siento súper valorado por la junta directiva, por el presidente, por Olabe… Trabajo con una seguridad que a toda persona le gustaría. Tengo un staff impresionante. Hay 20-22 personas que se dejan la vida por mí y por el club. Y van a muerte conmigo. Generan un clima importante que para el entrenador es vital.

¿En qué considera que se ha podido equivocar en este tiempo?

Seguro que hay muchos partidos en los que me he equivocado. Pero cuando analizo los partidos después de jugarlos, en frío, mantengo lo que he hecho en el campo y eso me da tranquilidad.

En su primera etapa aludía mucho a la complejidad de gestionar las emociones siendo a la vez entrenador y aficionado de la Real. ¿Ha aprendido a hacerlo con el paso del tiempo?

Qué va. Eso no cambia. Soy el mismo. Soy el de Orio, el aficionado de la Real, el que ha sido jugador y la siente y eso no cambia. El sufrimiento que llevas cada vez que hay una mala noticia creo que te lo llevas a casa y es un peaje que tienes por ser de Orio, de la Real y por ser entrenador del primer equipo.

¿Ha cambiado como persona y como técnico durante este tiempo?

Como entrenador sí. Hay que evolucionar todas las semanas. Tienes que ponerte al día y yo lo intento. No paras de darle vueltas para seguir progresando, mejorando y estar a la última.

¿Habla con mucha gente sobre la Real? ¿Le paran por la calle?

Lo que percibo es que casi siempre que me paran lo hacen con respeto y con palabras de ánimo. En el pueblo, indudablemente. Siempre he percibido el cariño del aficionado. También como jugador, incluso en momentos malos.

¿Cuánto y cómo le afecta a su familia que sea el entrenador de la Real?

Muchísimo. Casi igual que a mí. Saben que mi sonrisa va a depender del resultado y de cómo haya ido la semana. Los nervios que paso se los traslado a la familia y los que más sufren son mi mujer y mis hijos. Pero mi mujer ya lo sabe, son muchos años conmigo y sabe que mi época de jugador era similar.

¿Es capaz de desconectar?

No. Suelo hablar con el ‘coach’ y es muy fácil la teoría, cuando te dicen: ‘hay que desconectar’. Ya, pero, ¿cómo se hace eso? Es fácil decirlo, pero cuando tienes un puesto de semejante responsabilidad entiendo que no puedes desconectar. No debes. Esto te lleva al límite, pero como cualquier otro puesto de dirección importante en el que hay una empresa importante por detrás. Soy consciente de que la semana de toda Gipuzkoa depende del resultado del domingo y no es fácil desconectar teniendo semejante responsabilidad.

¿Cuando intenta desconectar a dónde va? ¿Qué hace un día libre?

Ahora mismo, mi día libre es Zubieta. Lo aprovechamos para ver entrenamientos, para ver al rival, para hacer el post-partido… Aunque tengamos día de descanso, no es día libre. Lo que he hecho estos últimos meses ha sido dar una vuelta por Donosti con mi mujer, pero han sido días muy contados. Esto es algo habitual en todos los entrenadores. Todas las semanas hay partido, siempre estás pensando en el siguiente.

¿El monte lo deja sólo para las vacaciones?

Sí, o algún día aislado que vengo a Zubieta sólo por la mañana o sólo por la tarde, pero poca cosa más. Pero no hay que hacer un drama de esto. Estamos en un lugar privilegiado y tengo que trabajar como entiendo que lo hacen todos los entrenadores.

¿Con qué momento se queda del último año?

Quizá con la inauguración del campo. También el día del Barcelona, el primer día de pretemporada, que era la primera vez que iniciábamos. Son muchos detalles, muchas cosas y no me gustaría quedarme con ninguna, sino con pequeñas de todas las que han pasado.

¿Un aficionado de la Real como usted, qué siente cuando está en el túnel de vestuarios y escucha a la afición cantar el himno a capela como ante el Barça?

Salí tarde, pero me dijo mi mujer que fue impresionante. Lo que se ha generado en Anoeta es terrible. Con el estadio acabado, la ilusión que hay, la Bultzada… Eso se nota una barbaridad y el jugador lo percibe, lo siente y a ver si lo mantenemos. Pero tenemos margen de mejora. Visteis el público de El Sadar. Podemos ser un campo todavía más agresivo porque es verdad que hay momentos en los que se necesita el aliento del público y el jugador lo nota. Es bestial el cambio que ha dado Anoeta, pero hay margen de mejora y si conseguimos que todo el estadio apoye como la Bultzada será difícil que algún contrario rasque algo. Hay días que el público está enchufado y el equipo vuela.

Jokin Aperribay le dio por renovado en su última comparecencia. Imanol bromeó al recordarle el tema: “Que me diga cuándo hay que firmar”. Más en serio, reveló que “no es lo importante, lo importante es que me siento valorado y tranquilo”. Cree que en este año “hemos cambiado muchas cosas importantes” y asegura no acordarse de cómo es la cláusula de renovación de su contrato. Espera seguir muchos años aquí y desea lo siguiente: “Ojalá podamos llegar a un acuerdo y renovemos para un par de años por lo menos”.



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