Al menos 11 muertos y un desaparecido en las lluvias torrenciales de Turquía

Cuando una esquina de Turquía, la suroeste, todavía no había dejado de arder, el noreste del país se ahogaba en agua y barro. Desde el martes, lluvias torrenciales han afectado a la costa turca del mar Negro provocando inundaciones, crecidas de ríos y corrimientos de tierra. Según AFAD, la agencia para desastres y emergencias de Turquía, 11 personas han muerto en las provincias de Kastamonu y Sinop al ser arrastradas por las fuertes riadas, y otra permanece desaparecida en la de Bartin.

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Una de las localidades más afectadas es Bozkurt (Kastamonu), donde el río Ezine se desbordó de su curso y arrastró tierra, maderas, vehículos y maquinarias por las calles. Además, la crecida provocó que varios edificios de cinco, seis y hasta ocho plantas se derrumbasen. “Podía ver cómo el edificio del otro lado de la calle se venía abajo por las inundaciones. La gente se abrazaba y lloraba porque pensábamos que seríamos los siguientes”, explicó a la agencia Ihlas la residente Gülizar Yorulmaz, que se había refugiado junto a sus vecinos en el sexto piso de su edificio de apartamentos. Finalmente ella y sus vecinos fueron evacuados en helicópteros. En esta localidad y en otra cercana más de 200 personas fueron rescatadas de los tejados de sus viviendas por equipos de AFAD y del Ejército turco y llevados a zonas seguras.

Otras 106 personas fueron evacuadas en helicópteros de diferentes localidades de la comarca de Ayancik (Sinop), la que se llevó la peor parte de toda la provincia, pues decenas de casas fueron destruidas por las torrenciales lluvias e incluso un puente fue arrollado por la crecida de un río.

“Lo he perdido todo”, se lamentaba una señora entrevistada por la agencia DHA tras salir del helicóptero en que fue rescatada. En la capital comarcal, el hospital público quedó inundado y los pacientes hubieron de ser evacuados. En la provincia de Bartin, otras 300 personas tuvieron que ser evacuadas y varias carreteras se han visto dañadas por los corrimientos de tierras.

Además, en las tres provincias más afectadas se produjeron cortes en el suministro eléctrico que han dejado sin luz a 271 pueblos y aldeas. También media docena de provincias de la región de Anatolia Oriental han sufrido fuertes lluvias en los últimos dos días, que han provocado inundaciones y amplios daños materiales pero no humanos.

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La costa del mar Negro está sufriendo un verano inusualmente pasado por agua. Ya hace un mes se produjeron fuertes lluvias que dejaron seis muertos en la provincia de Rize y, dos semanas después, volvió a llover con fuerza en la misma provincia y en la vecina de Artvin. Cerca de 3.000 efectivos participaron en labores de rescate de aquellos atrapados en sus casas o por el barro, y más de 200 personas fueron evacuadas, aunque solo hubo dos heridos de consideración.

Vista aérea de las zonas afectadas por las lluvias en Kastamonu.
Vista aérea de las zonas afectadas por las lluvias en Kastamonu.– / AFP

Los expertos atribuyen estos fenómenos extremos, como la ola de calor en la costa mediterránea que ha desembocado en inmensos incendios y las lluvias torrenciales de la costa norte, al cambio climático, una de cuyas consecuencias es que estos acontecimientos se reproduzcan con mayor frecuencia e intensidad.

Estas inundaciones llegan en un momento en el que Turquía hace frente desde hace dos semanas a los peores incendios registrados en décadas en el país. En lo que va de año, han ardido más de 160.000 hectáreas de bosque, cuatro veces más de lo que era habitual para estas fechas de la temporada, según los registros del Servicio Europeo de Información de Incendios Forestales. Además, ocho personas han muerto, atrapadas por las llamas o mientras luchaban por evitar que el fuego se expandiese.


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