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Alberto Fernández, a Biden: “Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión”

Alberto Fernández, a Biden: “Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión”

La Cumbre de las Américas no logra levantar el vuelo y olvidar la polémica sobre la lista de invitados. En la primera sesión plenaria, pese a que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ofrecido una etapa de cooperación muy alejada de los postulados de su antecesor, Donald Trump, se ha encontrado con la crítica abierta del presidente de Argentina, Alberto Fernández, la otra figura más destacada de la primera jornada: “Ser país anfitrión no otorga la capacidad de imponer un derecho de admisión”, ha espetado desde el atril a Biden, sentado a unos metros de distancia.

La intervención de Fernández ha sido muy crítica con el papel de Estados Unidos en la política de la región. En lo más inmediato, la Cumbre, el presidente de Argentina ha insistido desde el principio de su discurso. “Lamento que no hayamos podido estar presentes todos los que debíamos estar”, han sido casi sus primeras palabras. Se refería al veto impuesto por Washington a la presencia de los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela por tratarse de regímenes no democráticos. Ese veto ha provocado que se ausenten de la Cumbre los presidentes de México, Bolivia y Honduras y las críticas de muchos más.

Tras criticar las sanciones a Cuba y Venezuela, el presidente argentino ha vuelto a la carga: “Definitivamente, hubiésemos querido otra Cumbre de las Américas. El silencio de los ausentes nos interpela. Para que esto no vuelva a suceder, quisiera dejar sentado para el futuro que el hecho de ser país anfitrión de la Cumbre no otorga la capacidad de imponer un ‘derecho de admisión’ sobre los países miembros del continente. El diálogo en la diversidad es el mejor instrumento para promover la democracia, la modernización y la lucha contra la desigualdad”.

Fernández ha pedido al Gobierno de Biden “abrirse de modo fraterno” tras la “política inmensamente dañina” de Donald Trump para la región. “Es hora de que esas políticas cambien y los daños se reparen”.

El presidente argentino ha hecho una enmienda a la totalidad de la política estadounidense hacia Latinoamérica. Ha dicho que se ha usado la OEA “como un gendarme que facilitó un golpe de Estado en Bolivia”, que Estados Unidos se ha “apropiado” de la dirección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), históricamente en manos latinoamericanas. Ha acusado a Trump de desbaratar el acercamiento a Cuba y de intervenir ante el FMI para facilitar al Gobierno de Macri un endeudamiento insostenible y tratar de impedir que él ganase las elecciones: “Por tamaña indecencia sufre hoy todo el pueblo argentino”. Ha pedido reformar la OEA, destituyendo a sus directivos y también capitalizar el BID y devolverlo a manos latinoamericanas.

Fernández, al que se ha reprochado una tibia respuesta a la invasión rusa de Ucrania y su cuestionamiento de las sanciones, ha dicho que “es urgente construir escenarios de negociación que le pongan fin a la catástrofe bélica, sin humillaciones ni deseos de dominación, sin geopolítica deshumanizada ni privilegios de violencia”. No ha pronunciado palabras de condena explícita a la invasión. Sí ha propuesto gravar con impuestos “la renta inesperada que la guerra entregó como un regalo a grandes corporaciones alimenticias, petroleras y armamentísticas”.

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Más adelante, pero en referencia a su reclamación diplomática sobre las islas Malvinas, ha afirmado que Argentina es un país pacífico: “Tras la tragedia de la pandemia, observamos a las guerras como el triunfo de la insensibilidad humana”, ha dicho.

“Presidente Biden, estoy aquí tratando de construir puentes y derribar muros”, ha señalado al término su intervención.

Biden ve acuerdo en lo esencial

El presidente Biden ha preferido ver el vaso medio lleno: “A pesar de algunos desacuerdos sobre la participación, en las cuestiones de fondo, lo que escuché fue una respuesta casi unitaria”, dijo en referencia al conjunto de las intervenciones y a las cuestiones de fondo sobre migración, medioambiente, financiación y recuperación.

Antes, en su intervención de apertura de la sesión plenaria, Biden había subrayado que sus propuestas para la región están a años luz de las de Trump. El presidente de Estados Unidos ofrece cooperación económica, comercial, alimentaria, sanitaria y ecológica, como forma de promover el desarrollo y también de hacer frente a la crisis migratoria, para la que pedirá este viernes en una declaración una responsabilidad compartida.

“Tenemos la oportunidad de encontrar las maneras de hacer lo mejor para toda nuestra gente, trabajando juntos. Y subrayo lo de juntos, juntos. Eso es lo que nuestra gente espera de nosotros. Y es nuestro deber mostrarles el poder de las democracias para cumplir cuando las democracias trabajan juntas”, ha dicho, reiterando la llamada a la unidad de la víspera, en la ceremonia inaugural, pero dejando claro de nuevo que es una unidad entre democracias.

Biden se ha referido a la Declaración sobre Migración y Protección que se firma este viernes, subrayando que su objetivo es “aumentar las oportunidades para una migración segura y ordenada, tomar medidas contra los delincuentes y los traficantes de personas que se aprovechan de la gente desesperada y coordinar acciones concretas específicas para asegurar las fronteras y resolver los retos comunes”.

“No hay ninguna razón por la que el Hemisferio Occidental no pueda ser la región más progresista, más democrática, más próspera, más pacífica y más segura del mundo. Tenemos un potencial ilimitado. Tenemos enormes recursos y espíritu democrático”, ha concluido su intervención. “No importa lo que haya pasado en el mundo, las Américas siempre han sido una prioridad para Estados Unidos”.

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