Agrupaciones izquierda, movimiento sociales y sindicatos marchan el martes pasado contra el acuerdo entre el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI.

Alberto Fernández da marcha atrás en sus críticas a Estados Unidos

Agrupaciones izquierda, movimiento sociales y sindicatos marchan el martes pasado contra el acuerdo entre el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI.
Agrupaciones izquierda, movimiento sociales y sindicatos marchan el martes pasado contra el acuerdo entre el Gobierno de Alberto Fernández y el FMI.Enrique García Medina (EFE)

Alberto Fernández ha intentado deshacer este sábado el embrollo que generó con Estados Unidos durante la gira que realizó la primera semana de febrero a Rusia y China. Tras acusar a la Casa Blanca de no apoyarlo en sus negociaciones con el FMI, que terminaron en un acuerdo a finales de enero, ha dicho ahora que “el actual gobierno norteamericano acompañó con su voto a Argentina”. “Eso lo valoro”, dijo, en un largo hilo en sus redes sociales en el que también defendió las relaciones de su país con Moscú y Pekín.

Las palabras de Fernández son el corolario de una semana de tensión diplomática. El argentino usó el Kremlin para proclamar que su país necesitaba reducir su “dependencia” del Fondo Monetario Internacional y de Estados Unidos, al tiempo que ofrecía a Vladimir Putin que Argentina fuese “la puerta de entrada” de Rusia a América Latina. Días después, en China, elogió la revolución maoísta. El tenor de la agenda geopolítica desplegada por el presidente no estaba en el guion original que había escrito la Cancillería en Buenos Aires. Y cayó muy mal en Washington.

El Departamento de Estado no hizo declaraciones públicas, pero sentó su posición a través de una fuente reservada que el diario La Nación replicó el jueves en su portada. El funcionario estadounidense dejaba claro el malestar del Gobierno de Joe Biden con Fernández, enumeraba los gestos que había realizado la Casa Blanca y manifestaba la voluntad de seguir, pese a todo, apoyando a Argentina.

El visto bueno de Estados Unidos a las negociaciones con el FMI fue clave para la firma de un acuerdo. El tiempo urgía para Argentina, que este año debe pagar 19.000 de los 44.000 millones que el Gobierno de Mauricio Macri había recibido como rescate financiero en 2018. Con sus reservas internacionales cercanas a cero y una situación económica muy endeble, solo una refinanciación podía evitar una nueva cesación de pagos.

Antes de terminar su gira asiática, Fernández habló con medios argentinos por videoconferencia y ratificó sus críticas. “¿Quién me ayudó? A mí con el Fondo me ayudaron los países europeos, me ayudó China, me ayudó Rusia, los países americanos y paro ahí. Sé quién hizo mucho para que ese préstamo sea dado. Eso sí lo sé, el gobierno anterior de Estados Unidos”, dijo, en referencia a la Administración de Donald Trump y sus esfuerzos por ayudar a Macri. Este sábado dio marcha atrás, reconoció la ayuda del país norteamericano y quitó fuelle a las consecuencias políticas de su visita a Rusia en medio de la escalada en Ucrania y a China.

“No sé por qué levantó tanta polvareda el tema, ¿por qué viajar a Rusia y China significa que nosotros queremos tener una mala relación con los Estados Unidos? No sé qué tiene que ver una cosa con la otra. La realidad es que fuimos a Rusia y a China a reforzar y promover aún más nuestros vínculos comerciales y financieros en un momento en el que la Argentina lo necesita”, dijo Fernández en declaraciones a una radio local, cuando ya había lanzado en Twitter su nueva posición hacia la Casa Blanca. “Argentina no tiene amigos ni enemigos permanentes ni perpetuos, lo único perpetuo es la defensa de sus intereses”, agregó. El acuerdo firmado necesita aún la aprobación del directorio del FMI para entrar en vigor, y Argentina depende, como en 2018, de Estados Unidos.

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