Aleix Espargaró ha vivido una jornada durísima porque toda la vida, como buen hermano mayor, ha sido el protector de su hermano pequeño ni que ambos sean ya hombres en la treintena y padres de familia. Saben de sobras que desde que se iniciaron a muy tierna edad en las motos el peligro acecha, pero cuando pasa es muy doloroso. Ya lo vivió en Brno’2018 cuando Pol sufrió la que hasta este viernes era su peor caída, durante el warmup y que acabó con el menor de los males, una clavícula fracturada, cuando se llegó a sospechar de daños en la columna.
Declaraba aquel día Aleix, “que mi hermano es un tío bastante más duro que yo, es muy difícil ver llorar a mi hermano y estaba llorando mucho, tenía mucho dolor, no le pueden ni tocar la parte derecha del cuerpo, le dolía mucho las cervicales, la clavícula, y realmente me he preocupado bastante”. Minutos antes de la carrera de MotoGP Carlota Bertran, la esposa de Pol, le tranquilizó.
Cuatro años y medio después se repite la historia. A Aleix le pilló este viernes liderando el FP2 y tras la bandera roja, como todos, lo siguió preocupado por las televisiones del box. Fue perdiendo posiciones y para asegurar el paso a la Q2 tuvo que dar cuatro giros más. Al acabar cogió rápidamente el scooter y junto a su esposa Laura Montero se fueron directos por el paddock al Centro Médico a buscar noticias del hermano y del cuñado.
Así explicaba lo vivido Aleix en el corrillo con la prensa y antes de ir a la Comisión de Seguridad a clamar al cielo por la maldita falta de seguridad de este circuito, ese pedregal de escapatorias y esa falta de airfence no son de recibo para una prueba FIM.
“Al final, desgraciadamente, es algo a lo que te acabas acostumbrando pues hace muchos años que comparto vida o trabajo, llámalo como quieras, con Pol y no es la primera vez que le pasa, así que es duro y complicado, pero siempre lo es cuando se cae un compañero y aparece la ambulancia y ponen las lonas. Y si es tu hermano, es aún más complicado, pero es nuestro trabajo y hay que ser profesional aunque a veces cueste mucho”, reconocía apesadumbrado después de tras confirmar que no pudo hablar con él esta vez.
No pudo hablar con Pol
“He ido corriendo al acabar la sesión y ya estaba en el helicóptero. Sí he visto a Ángel Charte y le vuelvo a agradecer que esté aquí. Eso a mí me flipa por cómo cuida de los pilotos y la tranquilidad que te transmite. Me ha dicho que no le había entubado y que eso era una buena señal, porque no era tan, tan grave, pero que mi hermano se quejaba de mucho, mucho, dolor y Pol es un tío muy fuerte, mucho más que yo en este sentido”, comentó Aleix.
“Tenía tanto dolor que le han tenido que sedar, por lo de la espalda y las vértebras, y también tenía una contusión muy fuerte en el pulmón que esto sí que es más preocupante y por eso han decidido llevárselo en helicóptero”, comentó para reconocer que lo positivo es que tenía movilidad en brazos y piernas pues “parecía que movía todo bien, que tenía mucho dolor, pero que se movía todo bien y esto es bueno”, se tranquilizó Espargaró.
Los circuitos se quedan cortos y hay que protegerlos
Luego, como uno de los pesos pesados de la Safety Commission, y como el más veterano de la parrilla de MotoGP habló de la falta de seguridad: “No me lo explico, no soy yo quien tiene que dar esta explicación, pero con estas motos se va muy rápido y debería haber ‘airfence’ en todos lados. No se pueden hacer los circuitos más grandes, porque son como son, pero la caída de Pol en la curva 10 se llega al muro porque vienes de la 9, que es una curva en bajada muy rápida. Con el limitador en cuarta marcha, porque, con tanta carga aerodinámica, con tantas alas, vuelas en el centro de la curva con estas motos”.
“Los circuitos, de recta a recta, se quedan cortos y la velocidad máxima siempre es la misma porque con tanta carga aerodinámica no pasas de 350 o 360 km/h., pero el problema es que llegamos a 280 o 300 km/h. en apenas 400 metros de recta, lo que significa que tiene que haber ‘airfence’ en todos lados”, insistió el de Aprilia.