Encontrarlo es muy complejo y casi nunca sucede. Siempre aparece por medio algo que le resta valor o que rebaja su valía.
Ahora mismo dar con algo bueno, bonito y barato en el fútbol resulta una auténtica quimera. Es imposible ver o sentir este deporte como lo hacíamos antes de la pandemia. Bastante tenemos con disfrutar de la Bundeslig
a, como vamos a hacer pronto con la Liga.
El sábado pasado arrancó el campeonato alemán y al de cinco minutos ya estaba leyendo comentarios como “esto no es futbol, no hay emoción, sin público no vale la pena”. Yo aluciné bastante con estas reacciones, sobre todo porque venían de gente que no es de los equipos que jugaban.
Eran simples aficionados al deporte de balompié que se situaron delante de la tele para ver un partido de la Liga alemana, de un campeonato que algunos no han visto en su vida. Es imposible que para alguno eso sea emocionante aun con campo lleno.
Ese partido ha supuesto un hito en estos tiempos y anticipa lo que puede venir en el resto de países. Fue un día para al menos celebrar que la vida continúa y nuestro deporte también. A veces tengo la sensación de que el papel de ‘vinagreta’ en algunas plataformas es seña de identidad.
No es lo mismo jugar sin público, está claro. Nosotros somos los primeros que hemos luchado para que la final de Copa sea a puerta abierta. Pero de ahí a denostar todo lo que toca ahora…
Es maravilloso ver las imágenes que cada día nos entregan los equipos con los futbolistas sonriendo y entrenando en grupo… Dan ganas de seguir y anticipan esa ‘nueva normalidad’ que tanto deseamos. Son partidos diferentes, claro; pero hay competición y seguro que cuando juegue nuestro equipo sube la emoción, aunque en la grada no se sienta el calor de los aficionados, la verdadera razón del fútbol.
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