Hay quien de repente ve en un jugador un atisbo de calidad que le hace pensar que debe ocupar la titularidad, que se ha hecho un ejercicio de torpeza al no contar con sus servicios. Los hay quienes piensan, una buena mayoría que para eso es madura la afición bilbaína, que hay que ir piano a piano, que los ‘meritorios’ que dejaron buenos detalles en Barakaldo deben disponer de más ocasiones, sin que ello signifique que le concedan más galones de los de le corresponde. A su juicio pueden aportar, pero con dosificación, que poco tiene que ver un doble envite como el del jueves en la Margen Izquierda con la realidad de una áspera liga.
Para nada significa eso que lo mostrado en Lasesarre debe ser minusvalorado. Tampoco sobrevalorado. A fin de cuentas los rojiblancos se midieron a un Alavés con un buen puñado de suplentes y a un Barakaldo de inferior categoría, ordenado y voluntarioso, con buenos detalles. Al margen de que Larrazabal fue el protagonista, así como los destellos de Unai López, algunas pinceladas pueden ser rescatadas.
Lekue
Por ejemplo, a Lekue se le vio más suelto que en partidos anteriores. Lógico. Va cogiendo ritmo. Su capacidad de desborde para llegar a la línea de fondo puede ser un sustento, una alternativa ya no solo para los minutos finales sino incluso para apostar por él desde el principio. ¿De forma habitual? Parece que no, pero puede ser un remedio si De Marcos está escaso de ritmo en ese tramo final de partido, sin olvidar que por la izquierda tiene repertorio que ofrecer más atrás o más avanzado. En Barakaldo se le vio disfrutar.
Los detalles de Ganea
En el caso de Ganea, dejó muestras de que, por momentos, la espectacularidad le acompaña. Cuando dispara, el balón vuela; a la hora de centrar se le reconoce su toque de calidad. Además se atreve a penetrar, es descarado. El problema es que defender no es su fuerte y así lo reconoció Garitano. ¿Por qué no probarlo siquiera de vez en cuando como extremo? Tampoco es que Ibai y Córdoba hayan estado muy felices. Cristian tiene cualidades, pero se topa con una cruda realidad.
Por lo que se refiere a Kodro, quien acude de manera regular a Lezama a ver los entrenamientos sabe que cuenta con un buen disparo, con precisión en los remates y en Barakaldo aportó detalles, aunque se le escapó un gol de cabeza que parecía dentro. Tiene movilidad, envergadura y solo le faltan minutos. También merece algo más, pero es cierto que la competencia es mayúscula y que el suministro habitual de balones no es abundante.
Y Villalibre también tiene muy buenas cualidades. No es rompedor en velocidad, se le puede criticar en algunos aspectos, pero los 23 tantos que logró con el filial tienen su mérito. Tiene más recursos, pero necesita rodaje y su situación es más que complicada. Es quien, objetivamente, lo tiene más difícil. Su talento no se puede desaprovechar.
Los medios deben mejorar
Por otro lado, lo preocupante del triangular, aunque esa preocupación tiene que ser relativa, es que los encargados de llevar la manija en el centro del campo no anduvieron acertados. En el caso de San José no hay que hacer sangre ni cebarse con él, ya que salía de una lesión, pero a Beñat hay que pedirle más, como a Vesga. En cambio a Unai
López se le vio suelto, en sintonía con Muniain.
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