La crisis del coronavirus ha dejado en el limbo a la mayor parte de competiciones de baloncesto de todo el mundo. Algunas ya han decidido cancelar de forma definitiva sus temporadas pero la mayoría, incluidas la NBA, la Euroliga o la Liga Endesa, de momento han suspendido de forma temporal su actividad con la confianza de reemprenderla cuando lo permita la situación. Eso sí, durante estos días las diferentes patronales del basket están estudiando ya los diferentes escenarios y debatiendo las distintas opciones con sus clubs.
En este sentido, la ACB desarrollará este lunes un encuentro por videoconferencia entre sus 18 clubs que promete emociones fuertes pues existen grandes discrepancias sobre el camino a seguir. La liga sigue defendiendo que su voluntad es la de finalizar la competición más adelante y que hay que esperar acontecimientos para saber si será posible reanudarla tras el parón de dos semanas marcado inicialmente, lo que a día de hoy parece casi imposible. Sin embargo, varios clubs ya han manifestado internamente su deseo de que la Liga Endesa sea candelada ya de forma definitiva.
Existen dos motivaciones para su demanda, una económica y la otra deportiva. La actual suspensión de la competición no faculta para, como desearían algunos, extinguir los contratos por razón de fuerza mayor (artículo 47.7 del Estatuto de los Trabajadores) ya que en principio está previsto que se reanude la competición cuando sea posible. En estos momentos solo podrían intentar aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), que suspendería los contratos de sus jugadores hasta que vuelva a haber competición.
Por otro lado, hay equipos a los que la cancelación definitiva de la temporada les puede beneficiar a nivel deportivo. Es el caso de los dos últimos clasificados, el Movistar Estudiantes y el Montakit Fuenlabrada, que defienden que si la Liga Endesa se cancela la temporada queda desierta y no reparte título, ni clasifica para competiciones europeas ni provoca descensos. En otros países se han cancelado las ligas y se ha optado por proclamar campeón al equipo que marchaba líder (así ha sucedido en Lituania, Ucrania, Bélgica, Suecia e Irlanda) pero no hay unanimidad en este sentido (Eslovaquia ha cerrado sin campeón y Suiza y Finlandia aún deben decidir qué hacen).
Este debate no solo afecta a los equipos de la zona baja de la tabla sino también a los de arriba. Si la ACB cancela la temporada y da por buena su última clasificación, el Barça se proclamaría campeón, algo a lo que se opondrá de plano el Real Madrid, segundo clasificado a una sola victoria de los azulgrana.
La reglamentación de la ACB no prevé una situación como la actual, por lo que desde la liga apuntan que la resolución quedaría en manos de una futura asamblea. “Confiamos en acabar la temporada pero si eso no es posible esta situación inédita la tendrían que analizar los clubs. Como organización asamblearia que somos, las decisiones extraordinarias corresponden a la asamblea”, apuntan desde la ACB.
La crisis del coronavirus faculta a los clubs de la ACB para suspender (en caso de paro temporal de la Liga Endesa) o extinguir (en caso de cancelación) sus contratos por causa de fuerza mayor. Sin embargo, se trata de un arma de doble filo pues igual que los clubs se pueden acoger a este supuesto, hay agentes que avisan que también podrían hacerlo los jugadores.
Por ejemplo, si un jugador ve cómo su club le suspende el contrato y no le paga por causa de la fuerza mayor que supone el coronavirus, éste puede demandar la extinción de su contrato porque se le está impidiendo trabajar cuando podría hacerlo, por poner un ejemplo, en Turquía o en Japón, cuyas ligas se siguen disputando. Esta posibilidad no supone una gran preocupación en equipos pequeños pero sí en los grandes, que se arriesgan a ver cómo sus estrellas se marchan (incluso a la NBA) por haber intentado ahorrarse unos meses de sus fichas.
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