Amenazar con escupir o estornudar, el castigo que se recibe en tiempos de coronavirus


Un hombre fue arrestado después de escupir a un oficial de la guardia civil española diciendo que estaba infectado con COVID-19. El arresto tuvo lugar el martes en un pequeño pueblo de Tenerife. Los residentes locales alertaron a la policía dos días antes después de que el hombre atacó a una mujer y se escuchó gritar que tenía el virus.

En un video (el que encabeza esta noticia) tomado a principios de esta semana por la guardia civil, el detenido es atado por agentes antes de ser llevado al hospital para una prueba de coronavirus. El hombre arrojó un resultado negativo y lo enviaron a casa. Pero 24 horas después fue visto por agentes gritando en la calle y amenazando a los vecinos.

EN ESTADOS UNIDOS

En el país se están tomando serias medidas para intentar frenar el avance, entre las que se encuentra el haber acusado a varios ciudadanos de amenaza terrorista por toser intencionadamente sobre otras personas. 

Uno de los casos más notorios fue el de un ciudadano de Nueva Jersey, George Falcone, que se encontraba la pasada semana haciendo las compras en un supermercado cuando tosió, supuestamente adrede, cerca de una de las empleadas del establecimiento, tras lo que le informó de que tenía coronavirus. 

El temerario acto se produjo después de que la empleada le solicitara a Falcone que se alejara tanto de la comida expuesta como de ella, porque estaba demasiado cerca, a lo que el cliente respondió acercándose aun más a ella y tosiendo mientras reía, según explicaron las autoridades. 

Como consecuencia, Falcone ha sido acusado de amenaza terrorista en tercer grado y de obstrucción de la ley, concretó el fiscal general del estado de Nueva Jersey, Gurbir Grewal, y se enfrenta a una pena de prisión de hasta 7 años y una multa de 26,000 dólares.  El gobernador de la región, Phil Murphy, ha descrito a este tipo de ciudadanos como “cabezas huecas”, y quiso lanzar un aviso muy claro a la población para que no se vuelva a repetir una acción similar. 

“Estamos imponiendo cargos por su comportamiento a la persona que tosió sobre la empleada. (…) Después se negó a cooperar con la Policía y no les quiso dar ni su nombre ni su permiso de conducir durante 40 minutos”, explicó Murphy.  “Esto demuestra la aplicación activa de la ley y las medidas que estamos tomando”, agregó. “Nos estamos recorriendo de arriba a abajo el estado y no vamos a tolerar ningún comportamiento de incumplimiento, y mucho menos de comportamiento ofensivo”, insistió. 

En Pensilvania, el estado vecino de Nueva Jersey, se han visto casos similares, como el de Margaret Cirko, de 35 años, que también la semana pasada decidió empezar a toser sobre alimentos que se hallaban en la sección de panadería y carnicería de un pequeño supermercado en la localidad de Hanover, comida valorada en unos $35,000 que, por precaución, acabó en el cubo de la basura. 

Durante su acción, considerada como una “burla retorcida” por el propietario del supermercado, Cirko supuestamente gritó “tengo el virus, todos se van a infectar”. Ahora se enfrenta a cargos que incluyen la amenaza del uso de armas de destrucción masiva, amenaza terrorista y desorden público. Durante su comparecencia ante un juez, se le impuso el pago de una fianza de $50,000 si quería permanecer en libertad, tras lo que fue trasladada a la cárcel del condado de Luzerne, detallan los medios locales.

En otro caso un hombre identificado como Daniel Tabussi, de 57 años, se aproximó a un anciano que llevaba guantes y una máscarilla médica sobre su rostro, debido al riesgo del COVID-19, en una tienda de comidas cerca de Carlisle, en Pensilvania. 

De acuerdo con el informe de la Policía de North Middletown Township, Tabussi deliberadamente hizo ruidos como si estuviera tosiendo cerca del hombre que se recuperaba de una pulmonía, se burló del paciente porque tenía una mascarilla y le dijo que él estaba infectado con el coronaviurs.  Tabussi encara también cargos por amenaza terrorista, amenaza de agresión física, conducta desordenada y hostigamiento.

AUTORIDADES ENDURECEN MEDIDAS

Ante la repetición de varios casos, el fiscal general adjunto de EE.UU., Jeffrey Rosen, ha enviado un mensaje interno a los directores de las fuerzas del orden y a los fiscales federales advirtiéndoles de que estén atentos a este tipo de amenazas que podrían propagar aun más el virus. 

Señaló además que aquellos que expongan al público general o a una persona concreta a la enfermedad podían ser juzgados bajo las leyes federales de terrorismo, ya que el virus se considera un “agente biológico.

En otro caso una mujer de Colorado que era detenida tras chocar dos autos y por sospecha de conducir ebria escupió en la cara de un oficial de policía y dijo: “Ahí va corona para ti, ahora todo lo que necesitas es un limón”. El reporte de la policía de Arvada dice que Brenda Johnson, de 62 años, y con amplio historia delictivo, fue llevada a un centro de desintoxicación y no se confirmó que tuviera el virus. El oficial se puso en cuarentena preventiva.

EN OTROS PAISES

El Gobierno de Bélgica explicó el lunes 30 de marzo que castigará con la mayor “severidad” a quienes tosan o escupan a agentes de policía pretendiendo estar infectados con coronavirus, así como a quien intente contaminar alimentos.

“Los últimos incidentes en los que los agentes de policía son escupidos en la cara son absolutamente inaceptables, demuestran una incomprensible falta de respeto, mientras que estos hombres y mujeres realizan tareas importantes para todos nosotros”, declaró al diario Le Soir el ministro del Interior, Pieter De Crem.

El Ministerio belga del Interior quiere “que ese tipo de actitud sea reprimida de la manera más severa posible” y en ese sentido recuerda que una reciente circular del colegio de fiscales permite solicitar entre tres meses y dos años de prisión para quien estornude voluntariamente en dirección de otra persona.

Además, la persona que tosa intencionadamente sobre alimentos puede recibir una pena de hasta cinco años de cárcel, añade Le Soir.

Mira lo que dicen los expertos sobre cómo debemos cubrirnos al instante de toser o estornudar.

En los últimos días se han registrado varias situaciones de ese tipo en Bélgica, la primera conocida el pasado lunes, cuando un hombre y sus hijas escupieron a varios clientes de un supermercado de la localidad valona de Bierges tras asegurar que estaban infectados de coronavirus.

La fiscalía belga ha imputado por “intento de envenenamiento” al autor de los hechos. Pero Bélgica no es el único país donde se han registrado este tipo de incidentes y donde se aplican medidas de respuesta específicas.

En Francia escupir a alguien declarándose infectado se castiga con una multa de 135 euros (unos $150) y en el Reino Unido un hombre ha sido sentenciado a un año de prisión por hacerlo sobre un policía.




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