Ancelotti es un tipo alegre, agradecido a la vida. En un año ha pasado de entrenar al Everton a jugar otra final de Champions: “El Real Madrid me ha hecho muy feliz”, aseguró antes del encuentro más emocionante de la temporada. Un éxito para el italiano, que no hubiera imaginado tener esta oportunidad hasta que a estas alturas, en 2021, le telefoneó Jose Ángel Sánchez después de hablar con Florentino Pérez para proponerle otra vez el cargo.
El Real Madrid está acostumbrado a ganar finales, sobre todo en la Copa de Europa. Ancelotti, sin embargo, no se relaja: “La mejor que jugué fue con el Milan, contra el Liverpool, en 2005. Y perdimos. Todo puede pasar. Hemos tenido tiempo para preparar bien este partido, llegamos en buenas condiciones, pero no sé si será suficiente para ganar”, argumentó el preparador del Real Madrid, que reitera que para ganar en París el equipo aún tiene que merecerlo.
El cuadro blanco gestiona bien estos momentos de máxima dificultad. Y Ancelotti cree que el vestuario llega mejor que en la final de Lisboa de 2014: “Hay menos tensión. Aquella Champions fue la llave del éxito de todos estos años. Esta es una previa distinta. En cualquier caso, la temporada ha sido muy buena, pase lo que pase mañana. Ha habido un gran ambiente desde el principio”, apuntó el italiano, tan relajado como Klopp.
Entre las bromas, la que provocó que le preguntasen por quién va a apoyar el aficionado del Everton: “Seguro que quieren que gane la Champions. Me apoyarán. Tengo un grato recuerdo de mi etapa en el lado azul de Liverpool”, dijo Ancelotti, que después de la conferencia de prensa saltó al terreno de juego junto a sus futbolistas para conocer el estado del terreno de juego: “Sabía que lo iban a cambiar, pero no creo que sea un problema”, añadió.
Ancelotti dice que solo se pone nervioso con el paso de las horas, antes de que empiece el partido. Y quiere tenerlo todo controlado: “Tenemos que plantearlo de tal forma que impongamos nuestras virtudes ante un Liverpool que marca las diferencias por su intensidad, verticalidad y calidad individual”, reflexionó el italiano, curtido en mil batallas. Afronta la quinta final europea de su carrera. Puede ser el único con cuatro Champions. Ha pedido turno con la historia.