Ander González: “Esta Real es como un buen cordero lechal”


Ander González (Donostia, 1977) atiende a MD mientras pica zanahorias y pocha cebolla para la comida del domingo. Dice haber llevado bien el confinamiento aunque también echa de menos a su Real.



Le pillo con las manos en la masa.

Estoy haciendo pollo al horno con patatas panaderas, que vienen los suegros a comer y hay que cumplir. Primer día que les vemos ahora que se pueden juntar grupos máximo de 10 personas en las casas.

¿Cómo ha llevado el encierro?

La verdad es que bien, he bajado a hacer la compra todos los días, al mercado, voy al restaurante, grabo ‘A bocados’, he pasado mucho tiempo con la familia que antes no podía… Como todo me pasa muy rápido a mí me ha venido bien, igual llevaba 15 años a tope. Te vas de vacaciones y eso, pero es la primera vez que paso tanto tiempo con ellos. No he tenido ningún día de bajón.

¿Será un respiró hacer lo que más le gusta, no?

La verdad es que sí, tuvimos que parar el programa y luego gestionarlo de otra forma, llegamos a hacer el teletrabajo que hace todo el mundo cocinando desde casa. Una pantalla y a correr. Me compré una bici estática que ha sido mi aire.

¿Ha hecho algo más en casa?

He tenido que cocinar mucho para todos los patrocinadores, esto no para. He estado estudiando, leyendo, soy asesor del Hotel Lasala Plaza y he tenido que organizar un par de cosas. No es lo mismo poner en marcha un hotel que un restaurante.

¿Con ganas de recuperar la rutina?

Bastante, pero será difícil en todos los ámbitos. Joder, el sábado vi el Borussia-Schalke. Pero qué tristeza. Era como cuando empiezas a jugar a la Play y antes de un partido sales solo en un campo. Tengo mucha amistad con Tayfun y lo estuvimos hablando. “¿Qué es esto?”, me decía. Y luego, ¿no puedes celebrar goles pero si defender un córner? Yo me quedé flipado. ¿Vosotros podéis ir a Zubieta?

Qué va, vuelven a entrenar hoy en grupos.

¡Es verdad, en grupos de 10! Bueno, algo es algo, para que los chavales vuelvan a coger el ritmo que estábamos muy bien.

¿Con ganas de fútbol?

Joder, cómo hemos disfrutado, lo hemos pasado teta. A mi la idea de jugar la Copa con público sí o sí ya me gustó, yo quiero viajar de nuevo. A ver cómo acaba todo esto, espero que los chavales vuelvan bien porque no es fácil estar parados.

¿Dónde visualiza el fin?

Para el Día de San Sebastián ya está todo bien, saldrá la vacuna y yo creo que volveremos pronto a Anoeta también.

¿Es socio?

Sí, soy socio con mi hijo de seis años y el pequeño, que no tiene ni un año, también es socio. Hay veces que va la mujer porque no puedo ir, pero somos familia futbolera. Ya teníamos alquilada una casa en Cádiz para irnos una semana antes de la final y luego ir a Sevilla. Tenía todo el lío montado. Anoeta es una pasada, me recuerda mucho a un estadio alemán. Una pena que para un año que íbamos como pepinos nos haya pasado esto.

¿Qué plan tenía para la final?

Pues eso, tenemos costumbre de ir a Cádiz, pero se nos fastidió. No era un plan de farra, era familiar. Como han bailado tanto las fechas los de ‘Booking’ tienen que estar hartos de mí. ¿El 28? Pues venga, del 21 al 28. Creo que hemos estado todos igual.

Le vimos en Miranda, ¿cómo pasó el día?

Genial. Cuando llegué me dio la sensación de que el pueblo no estaba muy enchufado. Por la mañana curré y luego llegué a comer. Es una pena eliminarles, prefería cargarme a un Valencia o a un Sevilla. Los txikis se quedaron en casa y fui de parranda esta vez. Fue la leche aunque el partido no fue bueno.

¿Cómo definiría a la Real culinariamente hablando?

¿Éstos? Son como un buen cordero lechal, uno joven. Con ganas. ¿Cuando deja de ser un lechal y ya lo echan al prado? Pues uno de esos, saliendo del huevo. La quinta de Zuru y esos ya son corderos viejos, tiene que haber equilibrio en el rebaño.

¿Quién es el que más le ha gustado?

Me han gustado todos, pero Oyarzabal me encanta. Tiene 23 años y parece que lleva media vida en la Real. En Miranda estuve con sus aitas. En Eibar tienen pinta de darle a la txuleta, ¿no? Los chavales suelen venir al restaurante y comen limpio y básico. Pescadito y txuleta a la parrilla. Es la Real que más concienciada veo con cuidarse, otros años eran bastante más parranderos.


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