#MeToo no es una persecución sino una manera de visibilizar diversos casos de acoso que no llegan a ser denuncias judiciales, dijo el escritor Fabrizio Mejía.
El anonimato, como se ha usado a través del movimiento #MeToo en las redes sociales, es necesario, ya que es una forma en que las mujeres pueden contar lo que les pasó sin exponerse a algún riesgo, afirmó la periodista Catalina Ruiz-Navarro.
En entrevista para #AristeguiEnvivo criticó que en diversas formas de protesta el anonimato esté permitido, pero cuando éste proviene del feminismo, es atacado.
“Las mujeres que están guardando el anonimato probablemente lo están haciendo porque todavía se encuentran en una situación de poder en donde necesitan ese anonimato para protegerse, y uno no puede simplemente decirles ‘anonimato para todas las formas de protesta, pero para las feministas no’, porque ese es un uso machista de los derechos humanos“, dijo.
El escritor Fabrizio Mejía comentó que con el movimiento #MeToo tiene que ver con el uso que los hombres hacen de su poder en un trabajo, una escuela, una producción de cine, en los medios en comunicación o en las editoriales para tomar el cuerpo de las mujeres como moneda de cambio para ascenderlas o darles un trabajo.
Aclaró que #MeToo no es una persecución sino una manera de visibilizar estos casos.
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“Se tienen que ventilar y visibilizar porque no pueden llegar a ser denuncias judiciales y además hay que considerar que de todas las denuncias de hostigamiento, de acoso, sólo ocho han llegado a sentencias en diez años“, abundó.
Añadió que la presunción de inocencia es algo que debe de otorgar la autoridad, no los tuiteros.
En tanto, la periodista Ana Lilia Pérez refirió que en diciembre pasado la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una resolución que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá cumplir, porque va a marcar la pauta de muchas de las responsabilidades que el Estado debió de haber asumido desde que firmó la Convención de Belém do Pará, en la cual se habla de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, y se especifica el tema del acoso.
Por otra parte, Ruiz-Navarro cuestionó que los hombres usen el espacio del #MeToo para darse “golpes de pecho” o presentarse como buenos tipos; “es un gesto egoísta y oportunista“.
Asimismo, señaló que un objetivo de las feministas es lograr una justicia orientada a la prevención y reparación y para ello se necesitan procesos de verdad, y eso comienza con que las mujeres puedan hablar.
Mejía destacó la importancia de avanzar hacia otros esquemas que permitan la visualización de las denuncias en el futuro.
Consideró interesante que quienes integran #MeTooEscritoresMexicanos busquen establecer la diferencia entre confidencialidad y anonimato. “Eso quiere decir que dentro de las denuncias que recibieron sí hay una verificación”.
Pérez observó que “a veces no tenemos claridad en lo que alguien entiende como agresión o manera de acoso”, lo evidencia la necesidad de reeducarnos.
“Replantearnos qué es aquéllo que entendemos como parte de una violencia estructural, que como sociedad hemos normalizado”, añadió.
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