Giannis Antetokounmpo estaba equivocado. Decía, hace tres semanas, en un vídeo en el que se mofaba de sí mismo junto a Serge Ibaka, “que no se puede tener todo en la vida” en una clara referencia al tiro de tres. “Dominio en la pintura, rebote, soy guapo, tengo unos compañeros maravillosos… Pero Dios dijo que no podía meter triples”. En efecto, no se puede tener todo, pero él, si se quiere un poco más, con que tenga un poco de confianza, sí que lo tendrá todo. Porque lo hizo todo el griego para demoler, él solito -y a enfervorecidos gritos de ‘MVP’-, a unos Cleveland Cavaliers (117-102) que dominaban de 15 mediado el segundo cuarto para acabar perdiendo de 15: 38 puntos del heleno (13/20 en lanzamientos), más 9 rebotes, 3 asistencias, 3 tapones y 9 mates, marca personal. Y, sí, también meter triples, poco pero bien avistados y ejecutados (2/3). Ibaka, baja por una enfermedad no Covid, no jugó.
Lo que dice no saber hacer el griego, fue de hecho, la idílica coronación de su rebeldía para cambiar desde su influencia individual lo colectivo, ninguno de sus compañeros en dobles dígitos al descanso. Mientras todos los Cavs le esperaban en la pintura, Giannis se atrevió a disparar desde el perímetro para ser ese triple el que avanzara por primera vez a los Milwaukee Bucks en el partido (67-65, min 7:19 del tercer cuarto). Poco después, Evan Mobley, ya advertido, acudía raudo al arco a taparle el tiro de tres pero el griego penetraba, machacaba el aro y le dejaba con un palmo de narices. Se ríe de sí mismo ‘Anteto’ pero se ríe a la vez de todos.
Y los de los Cavaliers, más allá de Giannis, entra en la definición de descalabro pero con el justificante, el de las mútliples bajas. El equipo de Ohio no se supo explicar más allá de Donovan Mitchell y Darius Garland, 29 y 20 puntos pero 8 y 3 en la segunda parte con espantosas series de tiro -3/9 Mitchell y 1/7 Garland-, y con sólo 4 asistencias entre ambos, incapaces de hacer jugar que terminaron con unos raquíticos 12 pases de canasta por los 27 de los Bucks. Faltaban Kevin Love, Caris LeVert, Jarrett Allen, lesionado en el transcurso del partido. Y, por supuesto, Ricky Rubio.
Poco se les puede reprochar al equipo de J.B. Bickerstaff esta temporada, tercero en el Este tras Celtics y Bucks con 12-7, pero se vuelve a poner de manifiesto la necesidad de contar con el base de El Masnou en este tipo de escenarios -partidos ajustados contra contendientes al anillo con dinámica ascendente del rival-, como se ha hecho patente en otras ocasiones como en la derrota contra los Warriors. Porque, una vez los Bucks ajustaron su defensa sobre las penetraciones de Garland y Mitchell, el ataque de los Cavs se paralizó, sin saber proponer soluciones ambos bases más allá de repetir una y otra vez la misma y estéril jugada para estrellarse.
Lo que se verá más de lo que hizo ‘Anteto’ anoche son sus 38 puntos, pero fue, por encima de todo, una impactante demostración de cómo gobernar en ambos lados de la cancha. Con su defensa en drop del ‘pick & roll’, flotando al manejador tras salida de bloqueo en su rol de defensor del bloqueador, Giannis adivinó desde finales del segundo cuarto todas las intenciones a Garland y Mitchell, optando por dejarles lanzar una vez salieran del bloqueo. Sólo le quedaba al griego que verbalizarlo: “Pase usted y tire tantas veces como quiera”.
La gentileza del griego fue frustración para los dos bases, que empezaron a acumular fallo tras fallo, sin buscar otra alternativa que el tiro, viendo que ‘Anteto’ también se anticipaba para cortar la continuación. Y los Bucks empezaron a correr y Giannis a disfrutar, imparable a campo abierto y en ataques rápidos en los primeros segundos de posesión. Desde el acierto del heleno empezaron a crecer los de Mike Budenholzer, traspasando a los Cavs sus pérdidas del primer tiempo y viendo cómo, desde la confianza que transmitía el pívot, el resto empezaba a crecer y a ganar los duelos individuales que perdían en la primera parte, siendo el máximo exponente de ese crecimiento colectivo Jevon Carter -18 puntos y espléndido su trabajo atrás pasando pantallas-, seguido de Bobby Portis (14).
Y Brook López, que con tanto arte ejecutó también la defensa del bloqueo directo de los Cavaliers, registró ‘solo’ dos triples. Suficiente para limpiarle la pintura a ‘Anteto’ desde su posición en el perímetro, con un devastador 47% en triples los Bucks anoche. Gozaba también Giannis arremetiendo contra todos los Cavs cuando colapsaban para luego sacar el balón hacia fuera.
Figuras como la de Brook López, un ‘grande’ francotirador -Kevin Love en el caso de los Cavs-, echaron de menos los de Bickerstaff para liberar espacio dentro y a la vez meter más balones cerca del aro, sin Allen y casi del todo nulo Evan Mobley (8 puntos y 2/12 en tiros). Poner bloqueos más altos para dejar más expuesto a Antetokounmpo con más espacio que defender dio algún buen resultado pero aislado Giannis, muy solo en la primera parte con sus 22 puntos, decidió que iba a seguir él solo, erre que erre, y, que, tarde o temprano, acudirían sus compañeros. Y lo hicieron. Porque un candidato a MVP también transmite aparte de convertir en virtud su defecto. Entre broma y broma, la verdad asoma.