La exigencia del calendario, el temor a ‘quemar’ a las estrellas, lleva a que un duelo de gigantes se convierta apenas en el monólogo de uno y un envite de la categoría de un Milwaukee Bucks – Denver Nuggets quede del todo deslucido. En teoría, Nikola Jokic estaba con molestias en el tendón de la corva izquierda. En la práctica, Michael Malone lo quiso proteger tratándose de un ‘back-to-back’ y, sin el MVP, Giannis Antetokounmpo tuvo un día plácido para hacer ganar a los Bucks (107-99) con 33 puntos (9/15 en tiros de campo), 14 rebotes y 4 asistencias aunque 9 pérdidas.
El técnico de los Nuggets, de hecho, quiso dar libre día a sus estrellas y también se quedó fuera por lesión Jamal Murray, Michael Porter Jr -en este caso por razones personales-, y Kentavious Caldwell-Pope. Vamos, que en lo que a grandes figuras se refiere, casi que no quedó ni el ‘tato’. Y cuando te falta tu líder y su séquito, cuando además tu estandarte viene promediando un triple-doble en los últimos cuatro encuentros -27 tantos, 11 rebotes y 11,7 pases de canasta-, se nota.
Y eso que, a pesar de lo desguarnecido que estaba el líder del Oeste, el partido se mantuvo en rentas estrechas hasta que los Bucks apretaron entre el final del tercer cuarto y un último con 24 de los 33 puntos de ‘Anteto’ en la segunda parte. Aaron Gordon, cuyo uno de sus ‘abusos’ de aro oposita a mate del año, fue el líder en Denver con 26 tantos con un 10/24 en lanzamientos. Sin embargo, el mayor espectáculo lo puso Jeff Green con un triple inverosímil sobre la bocina al final del tercer parcial.
Los Bucks se llevaron una alegría para compensar el disgusto que les había dado durante el día Bobby Portis, que estará de baja por lo menos dos semanas por un esguince en el ligamento colateral medial de su rodilla derecha. Por su parte, Serge Ibaka apunta a no jugar ya más dado que el jugador y la franquicia han acordado buscar una salida.