Los Sixers ganan a los Nets y disfrutan de lo lindo: "¡Fuck Ben Simmons!"

Los Sixers ganan a los Nets y disfrutan de lo lindo: "¡Fuck Ben Simmons!"

Ben Simmons, pinta de ‘pasota’, aires de pendenciero, es de aquellos que con la cara, ‘paga’. Lleva consigo el australiano el don intrínseco de provocar con su simple presencia y le echa más leña al fuego con sus ‘pullas’ verbalizadas. Ha tirado más de una Philadelphia, que, inmisericorde con él -ser un provocador también tiene su efecto boomerang, disfrutó de lo lindo en la tan agónica como sabrosa victoria de los Sixers contra los Brooklyn Nets (137-133).

-¡Fuck Ben Simmons!, ¡fuck Ben Simmons!, ¡fuck Ben Simmons! -, gritaba con pasión el enfervorizado público del Wells Fargo Center.  

La multitud se regodeaba aún más en su placer al ver que el australiano pagaba su acumulación de faltas para acabar el partido en el banquillo, al ver que era James Harden -el hombre que vino a Philadelphia el año pasado a cambio del ‘non grato’ Simmons-, el que decidía al final con 8 puntos para acabar con 23 tantos (6/12 en tiros de campo y un notable 5/10 en triples), 7 asistencias -pero 6 pérdidas-, y 3 rebotes. El exterior de Melbourne finalizó con 12 puntos (5/7 en TC), 5 rebotes y 5 asistencias pero sumando el peor más-menos de su equipo con un -16. Tuvo que aguantar, además la ‘sorna’ de un Embiid que le lanzó una mirada desafiante tras un mate. 

A ras de pista, a los pies del pabellón -aunque era la pista quien estaba a los suyos-, se sentaba el ‘chico malo’ favorito de ‘Philly’, el divino Allen Iverson, todavía su esplendoroso 2001, todavía el año de su MVP, el último precedente de los Sixers pasando las Semifinales de Conferencia. Aquellas Finales contra los Lakers de Kobe y ‘Shaq’, con los de púrpura y oro pasando por encima (4-1) a pesar de que ‘The Answer’ dejara por los suelos a Tyronn Lue en el primer partido en aquella tan icónica imagen.

Un Iverson, que si continua viéndolo todo como lo hacía en sus tiempo mozos, se iría más preocupado que emocionado. Porque fue un resultado de sensaciones contradictorias, de letra pequeña, un triunfo con asterisco de Philadelphia, una derrota de refuerzo para los Nets, en pie hasta el final ante unos Sixers al máximo de su poder con la vuelta de Embiid y sin su otra ‘mitad’, Kevin Durant. Con Kyrie Irving cumpliendo con nota pero sin ‘excederse’ -30 puntos con un 9/15 en lanzamientos-, aunque multiplicándose más de lo normal en la dirección con 10 asistencias.

Por noches como la última es por las que a Doc Rivers, le caen una ‘somanta de palos’ y se decía a principio de temporada que el suyo era un ‘hot seat’ (‘banquillo caliente’). No quedó en muy buen lugar el entrenador de ‘Philly’, mientras la competida derrota de los Nets -con todos los ‘defectos’ de plantilla que tienen al margen de la ausencia de Durant-,ensalzó aún más la labor de Jacque Vaughn. Los Sixers van cómodos en el Este -segundos con 31-16 mientras que los Nets son cuartos con 29-18-, pero Rivers adoleció de inacción ante la pizarra de su homólogo. Igual ‘hipnotizado’ por el ambiente entorno a Simmons. 

“En la primera jugada, Simmons defiende a Embiid. Era como una fiesta, fue divertido. Fue entonces cuando me giro a los entrenadores y les digo: “Esta noche es un público de boxeo”“, explicó después en rueda de prensa. 

Tuvo que esperar el técnico a un doble ‘truco’ de Harden -dos triples seguidos sobre bote-, para deshacer la zona 3-2 que tanto asfixió a su equipo y no se apreciaron soluciones para atajar el constante camino que hallaron los Nets hacia el aro de ‘Philly’ atacando a Embiid. Fue su endeblez defensiva y por su pésima serie de tiro -6/18-, que el pívot acabó con un más-menos de -1 a pesar de 26 tantos y 10 rebotes.

Tyrese Maxey, asombroso desde el perímetro -6/9 en triples-, tapó agujeros con sus 27 puntos en un choque que estuvo 133-131 a falta de 45 segundos para unos Sixers que habían dominado todo el partido con ventajas de 10 tantos rozando incluso los 20 a mediados del tercer cuarto.

No será quizá tan visible por el desenlace final, pero fue el encuentro en el que se doctoró Nic Claxton con su excepcional defensa sobre Embiid, mención honorífica incluida con un doble tapón, uno de ellos apoteósico con el camerunés acabando por los suelos a pesar de la sensibilísima diferencia de peso, 127 kilos para el africano y 98 para el americano. Una acción que le dolió en el ‘alma’ al pívot de los Sixers, que se llegó a encarar con un Claxton que le desesperó con su actividad de brazos, su valentía al contacto y su anticipación en el poste.

El interior de los Nets, ganándose fama de ‘two-way player’ a sus 23 años, fue a la vez una de las ‘trampas’ que preparó Vaughn para hurgar en la defensa de Embiid, haciendo sufrir al camerunés con sus cortes y haciéndole sufrir con espacios con acciones iniciadas lejos de la pintura para acabar con 25 puntos -con un casi inmaculado 11/12 en lanzamientos-, 11 rebotes, 2 asistencias y 0 pérdidas.

Sólo buscando a Embiid -desprotegido por sus compañeros en la cobertura-, Brooklyn registró 133 puntos sin Durant, aprovechando el espacio que dejaba al manejador en la salida del bloqueo directo e implicándole también en manos a mano. El que más daño le hizo fue un sensacional Seth Curry, el máximo anotador del conjunto neoyorquino con 25 tantos y un brutal 7/10 desde el perímetro. Todo lo que fuera hacer salir al camerunés de su ‘zona de confort’ -los Nets hicieron ‘pick and roll’ altos-, eran puntos casi garantizados.

No obstante, la inspiración y la predisposición de los jugadores y el ingenio táctico de Vaughn no llegan a todo. Con todavía aún menos tamaño sin Kevin Durant, los Sixers señalaron que los Nets siguen añorando más envergadura en la pintura y fue por ello que Embiid rozó los 30 tantos sin tener un gran día al disponer de hasta 11 tiros libres y anotarlos todos.

Todo lo que tenían que hacer los Sixers era proveer al africano del espacio adecuado y el emparejamiento idóneo con los cambios en los bloqueos para que disfrutara de su superioridad cerca del aro o atrajera doble defensa para que algún compañero quedara liberado. El duelo de Simmons ante Harden prometía -con su 2,11 además y la buena defensa perimetral de Claxton además-, y hacía a los Nets no tener que preocuparse con los posibles cambios, pero pronto se cargó de faltas el australiano, muy útil sin embargo en la segunda parte para molestar a Embiid también como pívot móvil.

Y Maxey, fabuloso dirigiendo la segunda unidad, dejó constancia de su paso a otro nivel esta temporada creando él mismo la mayoría de sus triples, aunque sigue flaqueando en defensa y eso es por lo que Rivers recela en ocasiones de ponerle en el quinteto titular -en su lugar entra De’Anthony Melton-, con Harden ya en pista. Tobias Harris, 18 puntos, fue apenas la única solución fiable que hallaron los de Rivers contra la zona de Brooklyn, dinamitándola por el medio con sus lanzamientos de media distancia. Al final, emergió la ‘Barba’ para taparlo todo. Pero, aunque la noche se quedó perfecta por lo de Simmons, demasiadas imperfecciones quedaron descubiertas en Philadelphia. 




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