Antonio Hidalgo, un currante especialista en ascensos

Tiene Antonio Hidalgo (Granollers, 6 de febrero) ese perfil que tanto gusta al futbolero de siempre. Es un luchador, un superviviente con oficio que se ha sabido ganar la vida este complicado mundillo a base de mucho trabajo y sacrificio. Cuentan los que han seguido al Sabadell esta temporada que el recién ascendido a Segunda División ha tenido ese sello esta temporada, el de un equipo currado, con un entrenador intervencionista capaz de leer y rectificar durante los partidos, un conjunto al que no le quema la pelota, sino todo lo contrario, pero que sabe arroparse cuando es necesario.

Nueve temporadas estuvo en la disciplina del FC Barcelona, tiempo más que suficiente como para asimilar de base una filosofía futbolera a la que fue sumando otras en los numerosos destinos que tuvo posteriormente. En la mezcla está el éxito. Así era él también como futbolista, un centrocampista con talento y mucha llegada, capaz de arremangarse también cuando a ocasión lo requería.

Le sirvió esa manera de concebir el fútbol para sobrellevar la siempre dura salida de Barça. Dos temporadas llegó a jugar con el filial azulgrana y hasta llegó a debutar con el primer equipo de la mano de Louis van Gaal en una semifinal de Copa Catalunya ante el Balaguer. Pero tuvo que marcharse en el año 2000 rumbo al Tenerife, donde sí dejaría huella, igual que posteriormente en el Málaga. Con los ‘chicharreros’, consiguió ascender en la año 2001 y con los andaluces en el 2008, marcando 14 goles esa temporada y convirtiéndose en ídolo de su afición para siempre. Firmó el ejercicio siguiente por el Real Zaragoza, con el objetivo también de ascender, algo que logró a medias. Participó en la primera parte de la temporada, pero Marcelino García Toral decidió cederlo a Osasuna, que jugaba en Primera. Los maños subieno y, pese a que Hidalgo no sale en la foto, sí figura en la plantilla de aquella campaña.

Tras pasar posteriormente por Albacete y Tenerife de nuevo, recaló en el 2012 en el Sabadell, recién ascendido entonces a Segunda División A. Jugó y llegó a ser capitán del club que ahora entrena hasta el 2015, cuando descendió a Segunda B, una espina que se ha podido quitar como técnico.

Antes de coger las riendas del equipo arlequinado la temporada pasada en una delicada situación, salvando al equipo del descenso a Tercera, pasó un tiempo en Chipre, concretamente en el AEK Larnaca, donde fue segundo de Imanol Idiakez y de Adoni Iraola. Conquistó una Copa en aquel país y participó en la Europa League antes de hacerse cargo de este nuevo reto que a buen seguro dará un impulso a su carrera como entrenador. En su caso, la constancia tiene premio.


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