Aritz, nunca es tarde

El tercer lanzamiento de la Real a la portería del Elche despejó el camino de la victoria. Oyarzabal lanzó con suavidad nada más empezar, a Monreal le anularon el tiro que marcó, el cabezazo de Elustondo entró por toda la escuadra y el resto de las ocasiones que se produjeron con empate a cero se marcharon fuera. La noche adquiría un tono desangelado. Hasta que irrumpió Aritz para volar como un ángel de la guarda.

El estupendo cabezazo del beasaindarra decidió el triunfo. Fue el artífice inesperado y apenas resulta discriminatorio, si se tiene en cuenta el cuaderno realizador del defensor. Es además e segundo defensa de la Real que anota esta temporada. Aritz sucede a Monreal en el apartado de los zagueros artilleros del presente curso acreditando el séptimo tanto de su carrera en el primer equipo.

Sin duda, fue un gol con mucho significado para Aritz
Elustondo. El cariz principal, por importancia, fue el que decidió un triunfo que luego redondeó Oyarzabal. La semántica coge fuerza cayendo en la cuenta de que el canterano desconocía el sabor de marcar gol desde hacía dos años y medio. Su última diana fue simbólica: la primera en un Anoeta sin pistas de atletismo, el 15 de septiembre de 2018. Faltaba el fondo norte por construir en el estadio y a efectos prácticos fue insignificante: la Real perdió.

Aunque aquella volea fue en la misma portería, cualquier parecido entre las dos fotografías es pura coincidencia. El gol sur se cayó, de puro delirio, con el gol de Aritz en la reinauguración de Anoeta. El gesto más emotivo del 1-0 al Elche, con el campo vacío, fue la dedicatoria del futbolista a su aita, brazos apuntando al cielo. “Fue un realista más y seguro que lo ha vivido con orgullo”, declaró nada más terminar Elustondo.

Al final en plena forma

Tanto tiempo sin marcar y 71 minutos de tensa espera para adelantarse al Elche son factores concluyentes como para comparar el gol de Elustondo con una especie de ajuste de cuentas. Al margen de que, por encima de todo, despertó del letargo a la Real. Y de que llegó en un saque de esquina, donde la superioridad numérica en un once contra diez se neutraliza con más facilidad.

A título personal, el zaguero de la Real se quitó un peso de encima, sabiendo que la primera misión de un defensa es proteger el tesoro que luego capturó. El guipuzcoano ha pasado por una temporada de digestión difícil. En constante pelea con el tobillo que incluso le hizo abandonar un calentamiento abatido, en Turín contra el Manchester United. Aritz
Elustondo ha llegado al final de la temporada en plena forma, a disposición del entrenador, haciendo verosímil la vieja reflexión de que nunca es tarde.


Source link