Arizona y Wisconsin certifican la victoria de Biden en un nuevo golpe para Trump

Seguidores de Trump protestan en Phoenix (Arizona).
Seguidores de Trump protestan en Phoenix (Arizona).Ross D. Franklin / AP

Las autoridades de Arizona certificaron este lunes oficialmente la victoria de Joe Biden, casi un mes después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Horas después del anuncio de Arizona, también la junta electoral de Wisconsin ha certificado la victoria de Biden en ese Estado por más de 20.500 votos. La confirmación de las victorias del demócrata, por algo más de 10.000 votos en Arizona y 20.500 en Wisconsin, en dos Estados donde se impuso Donald Trump hace cuatro años reduce aún más las ya prácticamente nulas opciones de Donald Trump de revertir una contundente derrota que el presidente, de manera insólita, aún no ha reconocido.

En condiciones normales, la certificación oficial de los resultados por parte de los Estados constituye un mero trámite, pues se da por buena la previsión de las agencias de noticias, los periódicos y las cadenas de televisión, que proclaman un ganador en cada territorio cuando sus modelos indican que el avance del escrutinio sentencia matemáticamente un resultado. Pero en este caso, en los Estados donde la contienda del pasado 3 de noviembre fue más disputada, dichos trámites están rodeados de expectación pues las acusaciones de fraude masivo en el recuento por parte del presidente han generado expectativas infundadas entre sus seguidores.

Distintos sondeos realizados en las últimas semanas revelan que entre un 70% y un 80% de los votantes republicanos asegura no creer que Biden ganó las elecciones de manera legal. El presidente Trump y su entorno a través de Twitter, su equipo legal liderado por Rudy Giuliani, así como una serie de medios conservadores, llevan semanas alimentando y amplificando infundadas teorías conspiratorias y haciendo creer a sus audiencias que el republicano aún podía imponerse en Estados como Wisconsin, Arizona y Georgia, en unas elecciones que perdió por más de seis millones de papeletas y 74 votos en el colegio electoral.

La campaña del presidente había solicitado repetir los escrutinios en dos condados de Wisconsin, igual que obligó a recontar tres veces los votos en Georgia, sin que el resultado de los mismos cambiara el signo de la contienda.

Pero Trump, a pesar de que ya ha permitido proceder con los trámites de la transición de poderes, no da la batalla por perdida. El próximo 14 de diciembre se reúne el colegio electoral, cónclave formal en el que los representantes de los Estados emiten su voto de acuerdo con los resultados en sus territorios, y el presidente todavía parece confiar en subvertir el proceso, presionando a los legislativos de los Estados a enviar representantes que voten por él, desoyendo el sentido del voto popular, algo prohibido por las leyes estatales. Los abogados de Trump han asegurado también que continuarán dando a batalla en los tribunales, a pesar de que hasta la fecha no han cosechado más que fracasos y ridículo en sus intentos de probar fraude electoral.

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