Aroma a partido grande en el cuartel general de la Real. Mirada afilada, rostros de concentración y el objetivo de proporcionar a la parroquia que siga el partido desde casa una de las mayores alegrías del curso: ganar al Atlético
de
Madrid. Toda la artillería disponible calentó motores esta tarde de lunes en Zubieta a 24 horas del apasionante duelo de Anoeta.
A Oyarzabal se le vio sonriente en el vídeo que difundió el club del entrenamiento. Buena señal. A Silva se le notaba preparado. Inmejorable síntoma. El resto, Aritz y Guridi inclusive, también el magullado Gorosabel, se ejercitaron en plenitud de condiciones. Faltaron Zaldua y Januzaj, las dos principales ausencias para recibir al líder, más los habituales Illarra y Sangalli y el lesionado Moyá.
Imanol sacó todo su lado paternal para hablar en la intimidad con Gorosabel antes del entrenamiento. Luego, cuando el balón rodó por Zubieta después de que Bautista se llevara el ‘premio’ de las cariñosas percas, todo derivó en el intenso proceder, preámbulo de una batalla de altos vuelos como la de mañana. A Sola, lesionado de gravedad a finales de la pasada temporada, se le vio tocando balón.
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