“Arturito”, el voceador más querido de San Juan del Río, murió en cumplimiento de su deber, aquí su triste historia

“Arturito”, el voceador más querido de San Juan del Río, murió en cumplimiento de su deber, aquí su triste historia

Por Armando Guerra

San Juan del Río, Qrp.- 16 octubre de 2021.- Se ganaba la vida vendiendo periódicos hasta altas horas de la noche, “Arturito” era un hombre querido y estimado por todo el pueblo de San Juan del Río, la hacía de todo; era casi el Ibeme de los comerciantes del centro de la ciudad, “Auturito veme a traer esto o  llevar estas cosas allá”, era un trabajo que realizaba de manera alterna a su verdadera vocación de voceador.

Por muchos años recorrió  todas la calles de la ciudad vendiendo el tradicional “Sol de San Juan”, pues eran las 9 de la noche y aún seguía vendiendo sus periódicos, “a poco ya también vendes el sol de la noche ” le bromeaban los transeúntes.

Originario y vecino de la hermana república de El Sauz, Bajo, Arturito diariamente se transportaba en el camión “amealcense” que cubre la ruta de San Juan del Río- El Sauz su pueblo, vivía con una de sus hermanas, se había quedado huérfano desde muy pequeño y decidió dedicarse a vender periódicos para lograr sobrevivir en una sociedad a la que le falta el sentido de solidaridad con los mas necesitados.

Arturito también llegó a vender otros periódicos a escondidas de sus jefes del Sol de San Juan, llegó a vender otros semanarios como El Tiempo de Querétaro, Rotativo de Querétaro, Bitácora y otros, pero cuando los encargados de El Sol lo descubrieron, dejó de venderlos para no ser despedido por andar comercializando periódicos de la competencia.

Arturito era un hombre carismático, noble y sencillo, hoy el pueblo de San Juan del Río llora su ausencia, pues se ganó a pulso el cariño y estimación de la sociedad, era todo un personaje en la ciudad.

Seguramente las chicas y “edecanes” del bar “Mi oficina” lo van a extrañar, pues aunque no bebía nada de alcohol, ahí era su lugar de refugio y donde comía , las muchachas lo contrataban como su empleado, les hacía mandados a las mujeres que conviven a diario con los parroquianos.

Se fue Arturito, ese gran ser humano que al final quedó un poco cieguito porque ya no tenía remedio su enfermedad, tuvo como benefactor a otro buen amigo como lo es José Luis Ramírez  del Club Rotario quien le gestionó una operación en sus ojos, pero la ciencia médica ya no pudo salvarle su vista.

Este es pues el viejo y anciano voceador que pese a su edad, aun continuaba vendiendo periódicos, muriendo en cumplimento de su deber.


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