Asensio, de los pitos a la ovación

Asensio, de los pitos a la ovación

Marco Asensio estaba bajo la lupa de la afición del Madrid que le tenía fiscalizado desde que no cristalizó su salida del equipo blanco en verano y, sobre todo, desde el tremendo enfado que protagonizó el pasado fin de semana tras quedarse sin minutos contra el Mallorca. Los gestos de cabreo en el banquillo no pasaron desapercibidos por la grada ni tampoco por Carlo Ancelotti, que recurrió a su mano izquierda en la primera oportunidad que tuvo.

El italiano dio media hora al balear contra el Leipzig y el delantero no desaprovechó el regalo. Hasta entonces, solo había participado 17 minutos en dos encuentros este curso. Sustituyó a Camavinga y fue recibido por la parroquia blanca con disparidad de opiniones, pero como sucede en estas ocasiones sonaron con más fuerza los pitos.

Sin embargo, esa hostilidad sirvió de acicate a un Asensio que entró enchufado, concentrado y con la misión de echar un cable en defensa a Carvajal y Valverde. Peleó, recuperó balones y generó contragolpes en una buena segunda parte del equipo blanco, zarandeado de inicio por la energía del cuadro de Marco Rose.

El balear, de menos a más, se desquitó a lo grande, como si fuese una liberación, con un golazo marca de la casa. Zurdazo desde la frontal del área que se coló por toda la escuadra del meta Gulacsi, que solo pudo mirar cómo el balón entraba para finiquitar la contienda.

El protagonista por lo bueno volvió a ser Asensio sin olvidar a Ancelotti, que de nuevo dio en la diana con su gestión del vestuario para recuperar a un futbolista para la causa. Marco Asensio está se vuelta.



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Leipzig – Real Madrid, en imágenes

Manu Fernandez / AP





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