Los jugadores de la Real están esperando con cierta ansia a que Sanidad y el gobierno den luz verde a realizar los entrenamientos individuales en Zubieta para volver a calzarse las botas y entrar en contacto con el césped. Mientras eso sucede, siguen completando el trabajo físico que les encomiendan los técnicos para realizar en sus domicilios. No tienen cámaras en sus casas si estuvieses en Gran Hermano, pero el control diario y personalizado que se les realiza desde el club es severo. Los tienen perfectamente monitorizados para que no ganen peso, conserven buena parte de la condición que tenían cuando se detuvo la competición hace mes y medio y en definitiva para que estén preparados para el esperado retorno a la actividad.
Según ha podido saber MD, los futbolistas deben mandar su peso al ‘staff’ técnico dos veces cada día desde que comenzó el confinamiento y también medirse la temperatura, a última hora de la tarde, y comunicarla una vez cada jornada. También deben reportar debidamente la actividad que han desarrollado ese día. Cada futbolista tiene una tabla de ejercicios a realizar. Desde el primer día se les hizo llegar a cada uno una bicicleta estática y no tardaron mucho en disponer a sí mismo de una cinta para correr. Desde esos primeros días de encierro se les dividió en grupos de ocho y cada uno de ellos estaba vigilado por un preparador físico distinto.
Los jugadores que la Real tiene cedidos –Guridi, Merquelanz, Rulli, Bautista, Sola y Kevin– también tienen instrucciones y un plan específico enviado desde el club txuri urdin para desarrollar durante este encierro. Se solapan con los que ya les envían los técnicos de los equipos en los que juegan.
Tan lejos, tan cerca
Tras las esperanzas frustradas de comenzar a entrenarse el pasado día 14 y la necesidad de esperar la autorización de las autoridades, la ilusión de trasladar ese trabajo físico a Zubieta es mayor ahora. Pedro Sánchez anunció el sábado que desde el próximo día 2 de mayo, sábado, se podrá salir a la calle a hacer deporte de manera individual y por espacio de una hora. Los realistas estarían mucho más controlados y correrían menos riesgos acudiendo a Zubieta bajo el control de los técnicos, que saliendo a entrenarse por las calles, algo que realizará, lógicamente, si no pueden acudir a las instalaciones de entrenamiento.
Illa echa el freno
Claro que para comenzar a realizar un entrenamiento organizado y controlado en Zubieta, es necesario que se realicen los test y, aunque obran en poder de LaLiga, todavía no se pueden utilizar. El ministro de Sanidad, Salvador
Illa, dijo ayer que deben ponerse a disposición de las comunidades autónomas. Los clubs, entre ellos la Real, tenían previsto someter mañana mismo a sus futbolistas a las pruebas diagnósticas del COVID-19, pero habrán de esperar.
Y mientras Tebas insiste en que está más cerca el poder entrenar y jugar, el propio Illa enfrió los ánimos con una frase lapidaria: “No puedo decirle ahora si el fútbol profesional va a poder reiniciar su actividad antes de verano. Sería una imprudencia por mi parte”.
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