Así es el espectacular primer restaurante que ha abierto la NBA en Toronto

Así es el espectacular primer restaurante que ha abierto la NBA en Toronto

Nada más entrar, el saludo más solemne, el de James Naismith, una foto enmarcada suya sujetando el bendito creador del baloncesto en 1891 el balón y los dos cubos que sirvieron al principio al maestro como canastas en una foto enmarcada. En el menú, ‘Fish and chips Boston’, ‘Hamburguesa de bacon ahumado Dallas’ o Sandwich de pollo crujiente Memphis’, pero, lo primero que se prueba, baloncesto. Los comensales se sientan en mesas hechas de pedazos de pista en los que se jugaron partidos de All-Star y sillas hechas de piel de balón de basket. Los escudos de los 30 equipos de la NBA rodean los posavasos. Cositas, detalles.

Con la elegancia de atender a los detalles y a la historia, en Toronto, la misma ciudad en la que los New York Knickerbockers -actuales Knicks-, y los extintos Toronto Huskies jugaron el primer partido de la historia de la NBA en 1946, en Canadá y Ontario, el mismo país y también provincia en los que nació el creador del baloncesto, se alza el primer restaurante oficial de la NBA, el ‘NBA Courtside Restaurant’.

Vista exterior del restaurante

Toni Canyameras

Inaugurado el lunes, el local se encuentra bien acompañado, delante el Lago Ontario, detrás la CN Tower, a menos de un kilómetro el calor de la pasión de la casa de los Raptors y los Maple Leafs de hockey hielo, el Scotiabank Arena, el hogar de los Blue Jays de béisbol, el Rogers Centre.

Los posavasos con los escudos de las 30 franquicias de la NBA

Los posavasos con los escudos de las 30 franquicias de la NBA

Toni Canyameras

A cada paso, en cada rincón, se siente, se palpa baloncesto, ningún recoveco de las paredes sin historia. Rastro de Serge Ibaka, colgado en el muro que queda a la izquierda antes de empezar a cruzar el comedor principal una canasta sobre la que se sostienen siete balones diferentes de baloncesto blancos que representan las 7 últimas canastas de los Raptors en el partido que puso el definitivo 4-2 en las Finales de 2019 ante los Warriors y otorgó el anillo a ese equipo también con Marc Gasol y Sergio Scariolo como asistente. Uno de esos tiros, autoría de Ibaka. No podía faltar el guiño a los Raptors.

Justo en la sala que queda arriba, un reservado para los jugadores con un cuadro de LeBron como más visible.

El detalle con el aro y los siete últimos lanzamientos que anotaron los Raptors para ganar el anillo en 2019

El detalle con el aro y los siete últimos lanzamientos que anotaron los Raptors para ganar el anillo en 2019

Toni Canyameras

Todos los equipos se sienten representados, de manera minimalista en los posavasos pero también a lo grande, rodeado el televisor de más tamaño del comedor principal de una especie de mural con todos los escudos, hasta de los equipos que ya no existen porque respetar la historia también es abrazar la nostalgia, también los logos de extintas franquicias como los Baltimore Bullets o los Seattle Supersonics, reconvertidos en 2008 a Oklahoma City Thunder.

Pero probar la NBA por el paladar también es viajar a la más profunda esencia y exaltarla. Como en la posición más pensada, en la perspectiva ideal, en el primer muro que se va al entrar -el del fondo-, yacen imágenes de puro ‘basket street’, pistas de calle de diferentes partes del mundo con contraste de paisajes, una en pleno desierto de Estados Unidos, otra en pleno centro de gran ciudad como la del David Crombie Park de Toronto con la CN Tower elevándose al fondo. El lema que preside el muro más extenso del restaurante, perpendicular a esta pared, da sentido a estas fotos y a todo: “Un día jugaré en la NBA”. Iluminado en letras naranjas.


“Significa que todos podemos soñar con jugar en la NBA, porque cualquiera en el mundo puede jugar a baloncesto, sea de la parte que sea”, explican en el restaurante. Entre las imágenes de ‘basket street’, la que llama más la atención no es por sus vistas sino por sus protagonistas: una de unas monjas jugando con hábito. En España, hay de hecho un cura que es un fenómeno jugando con sotana. Tiene todo el sentido que el clérigo una habilidad especial para la naranja pues entre los muchos oficios que tenía -incluido profesor de Educación Física-, Naismith era también sacerdote.


Sus 13 reglas originales están expuestas al principio del comedor principal. Siguiéndolo se hace visible entre todas el 56 de los ‘zapatillones’ de Shaquille O’Neal entre los pares de bambas de estrellas expuestos, también las de Stephen Curry y Michael Jordan, que aparece en una de las portadas ‘vintage’ de la revista ‘Slam’ expuestas en el lavabo, pues el baloncesto, porque se tiene que sentir en todas partes, también está presente en los aseos.

Si esta especie de parque temático gastronómico de la NBA funciona bien -también tiene una pequeña tienda de ‘merchandising’ en la entrada-, la liga va a abrir más en Estados Unidos. Primero, el país en el que se creó el baloncesto y la ciudad en la que empezó todo. Toronto ha facilitado un punto de empacho de basket, casi listos los platos más fuertes y picantes, a punto de ser servidos los partidos de playoffs. En Toronto, según lo que propone la NBA, el baloncesto se ve pero también se degusta.




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