Así es el protocolo de la ACB para intentar convivir con el covid-19

Ha bastado una jornada de Liga Endesa para que el covid-19 se haya convertido en el primer gran protagonista de la competición. Positivos, falsos positivos, partidos aplazados… A trancas y barrancas la primera jornada pudo completarse con un día de retraso sobre lo previsto, aunque quedó claro que habrá que acostumbrarse a un escenario trufado de trampas que los equipos y la ACB deberán intentando sortear a lo largo de la temporada que ahora empieza, o al menos durante buena parte de ella.

Ahora bien, ¿cuáles son las reglas de este complicado juego? ¿Cuántos tests se realizan a jugadores, técnicos y empleados de un club? ¿En qué circunstancias se tiene que aplazar un encuentro? La ACB no ha hecho públicos este protocolo, según algunas fuentes para evitar posibles confusiones futuras pues se trata de un texto “vivo”, que se va actualizando y variando a medida que pasan los días y cambia la situación sanitaria o las recomendaciones de la administración.

Mundo Deportivo, sin embargo, ha podido conocer las líneas maestras de la fórmula utilizada por la ACB para intentar convivir con el coronavirus y reducir en lo posible el número de suspensiones de encuentros, que serán una constante a lo largo de la presente temporada.

Cada equipo deberá someter a sus jugadores, cuerpo técnico y resto de staff del primer equipo (unas 20-25 personas) a un test PCR en las 72 horas previas a un partido de Liga Endesa. En el caso de que una o más personas den positivo, los presuntos contagiados deberán realizarse un test PCR de respaldo. Si un test de respaldo da positivo, la totalidad del equipo deberá ser aislado para someterse a un nuevo test 48 horas después del primero. Si en ese último control ya nadie da negativo, el partido podrá jugarse con normalidad. Por el contrario, si se produce un positivo diferente al de la persona que originó este segundo control masivo, el coordinador médico de la ACB, tras hablar con los médicos de los clubs, evaluará la situación y decidirá si el partido debe ser suspendido o por el contrario se juega. Hay que tener en cuenta muchas variables, como la posibilidad de que se trate de una persona que ya hubiera pasado el covid-19 en meses anteriores y aún presente trazas de la enfermedad.

En un primer momento se habló de un número de positivos concretos en un equipo para suspender un partido. “Sabemos que si hay dos casos se les apartará y seguiremos jugando. pero si hay tres tendremos que parar y jugar otro día”, dijo Álex Mumbrú, entrenador del Retabet Bilbao, antes de iniciarse la Liga Endesa. Sin embargo, al parecer esa regla no es de aplicación y cada caso es analizado de forma individual.

Hay que tener en cuenta que a veces los partidos se tienen que aplazar o retrasar por la demora en la obtención de los resultados de los tests, más o menos rápida en los diferentes centros médicos. Sin resultados de los tests de todo el mundo, el equipo no viaja pues debe seguir aislado, lo que le impide llegar a tiempo a su ciudad de destino como visitante y ello obliga a retrasar el encuentro si el calendario lo permite. Por ello es importante que los clubs hagan sus tests lo antes posible, apurando al máximo el margen de 72 horas que tienen. De esa manera tienen más margen ante positivos o resultados que se demoran más de lo previsto.


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