“Asumí que yo era el topo”

El quinto capítulo de la serie documental sobre la carrera de Iker Casillas “Colgar las Alas”, de Movistar, tuvo como grandes protagonistas a Mourinho y los tensos Clásicos Barça-Madrid que se vivieron entre 2010 y 2012, con el técnico portugués y Pep Guardiola en los banquillos de los dos grandes del fútbol español.

“Eran batallas para intentar ser mejor que el otro. Era tenso, demasiado tenso”, rememora el ex portero blanco. “No estábamos preparados para vivir partidos así. Sentíamos que no llegábamos a estar a la altura del Barcelona. Tocó vivir la Champions del 2006, la de 2009, 2011, el 2-6, el Sextete que hizo mucho daño… Menos mal que Mou con el Inter les eliminó en semis de 2010. Fue como un alivio”, continúa el portero, que ahondó en el deterioro de su relación con Mourinho.

“El desgaste llegó en el tercer año. Nuestra relación se deteriora. Me comentó que no me veía centrado, bien… y yo pensé que podía ser verdad. Tenía otras cosas que me preocupaban también”, dice Casillas en el documental.

“Empezamos a dejar de hablar tras un partido con el Levante en el que nos distanciamos del Barça. Un día, solos, me dijo que si podía hacer todo de cara a la galería”, sigue. “Yo le dije que no me parecía coherente que un profesional le metiese el dedo en el ojo a otro (el episodio con Tito Vilanova) t Alguien de prensa del club nos coge y nos dice que no tengamos tanto roce, que hablemos. Nos volvimos a sentar y nos decimos las cosas a la cara”, rememora.

Después llegaron sus suplencias, su lesión en la mano tras una acción con Arbeloa en Mestalla y la llegada de Diego López. “¿Monto un circo? A lo mejor lo que tenía que haber hecho es cogerle y hablado con él en su despacho”, apunta el portero, al que acusaron de ser un topo por filtrar información del vestuario.“¿Qué hago, defenderme de algo que no es? Me tocó a mí algo que no hice. Me callé y asumí que yo era el topo y el que hablaba con la prensa. Me callé mucho más de lo que tenía que haber dicho”, apunta Iker


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