Atascados con el gol en el José Zorrila

Empate sin goles en Zorrilla entre Valladolid y Real
Sociedad en un partido que tuvo muchas ocasiones para ambos pero que todas terminaron muriendo en la orilla. Los ataques de cada conjunto fueron, por momentos, muy previsibles y el gol no apareció por más que lo buscaran.

Quizá lo más llamativo de los prolegómenos fue la suplencia de Óscar Plano por parte del Valladolid. El madrileño, que lo había jugado todo hasta el momento, empezó desde el banquillo en un once en el que no hubo más sorpresas por parte del recién renovado Sergio.

No así en el de Imanol
Alguacil que, fiel a su compromiso con el sector más joven de San Sebastián, contó desde el principio con los Gorosabel, Le
Normand, Guevara y compañía que conformaron un once que es ya claro merecedor del título de revelación de esta Liga.

Sin embargo -casualidades del fútbol- fueron los más longevos del conjunto txuri-urdin, Monreal y William
José, los que tuvieron la primera ocasión de peligro. El lateral, que no se cansó de servir centros laterales desde el pitido inicial, le cedió uno de ellos medido a la cabeza del brasileño para que lo conectara dentro aunque el balón murió lentamente en las manos de Masip.

Fueron esos los primeros bocados de un partido en el que los locales- como acostumbran- dieron visos de no sufrir demasiado sin el balón. De hecho, cuando lo tuvieron en su poder, pudieron agitar el marcador y si no lo hicieron fue por la madera. Hervías probó suerte con una falta lejana de las que le gustan al riojano y el balón tocó el cielo del larguero.

Más allá de eso, Sandro lo intentó aunque muy solo en ataque y, cuando presentaba su candidatura en el área, se le apagaban las luces. Algo parecido le ocurría a la Real Sociedad aunque lo probaba con más insistencia y originalidad. Odegaard y Oyarzabal -otros dos integrantes del club de los ‘ventipocos’- fueron quienes se inventaban las jugadas merodeando en las afueras del área pero sin concretar nada útil para las estadísticas.

Y así se llegó al descanso. Con dos equipos aparentemente cómodos en su faceta sobre el césped -unos esperando, los otros proponiendo- pero sin olvidarse de que el fútbol va de meter goles y no de sensaciones.

Otra mitad, mismo escenario

Y con los mismos papeles volvieron a comparecer sobre el césped los dos equipos. Esta vez, eso sí, con algo más de mordiente y clarividencia arriba, que no puntería. Esto último lo demostró William José que tuvo todo de cara para hacer el primer gol con un balón que le cedió Oyarzabal en una especie de penalti en movimiento y que el delantero mandó a las nubes metiendo muy abajo el pie sobre el cuero.

Sí que acertó Sandro cinco minutos más tarde pero el árbitro invalidó la jugada por un claro fuera de juego cuando el canario ya celebraba su segundo gol de la temporada. Con ese ‘no gol’ el delantero contagio a su equipo y el Valladolid pasó por los mejores minutos del partido. Guardiola también lo intentó pero se estrelló con Ramiro.

Esta mejoría tuvo también que ver con los cambios de Sergio que introdujo a Porro por lesión de Nacho y a Óscar
Plano. Alguacil también quiso modificar sus piezas y dio entrada a Isak por el desafortunado William
José aunque fue Oyarzabal quien a punto estuvo de firmar el 0-1. Su disparo se marchó muy cerca de la escuadra de Masip.

El dominio, como la alegría, fue por barrios en los minutos finales y los dos equipos estuvieron tan cerca de llevarase los tres puntos como de perderlos. Más decidida se le vio a la Real con Isak, Odegaard y Oyarzabal por bandera pero, al final, todo se decidió por la vía salomónica y el reparto de puntos fue el final de un partido capicúa, que terminó con el mismo empate que con el que empezó.

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