El no poder permitirnos ni un fallo más, responsabilidad nuestra. Hemos cometido errores más que de sobra y agotado prácticamente todos los comodines. Resulta infinitamente más fácil ganar a Girona, Celta o incluso al Rayo esta última jornada, pero lograr únicamente un punto ante todos ellos, aparte de impropio de un equipo con aspiraciones europeas, hace que sea casi obligatorio ganar a los azulgrana.
Dejando a un lado la posibilidad de llegar a una nueva final de Copa, vamos cayendo poco a poco a la zona mediocre en Liga. Otra vez. Vender como éxito o dar la impresión de que bastante hacemos es resignarse a la pequeñez. Muy difícil digerir que nuestras posibilidades no den para sacar uno solo de los seis puntos en disputa contra el Girona o perder las dos temporadas anteriores en San Mamés ante Cádiz y Rayo. Nadie debiera comprar que “bastante hacemos” con mantenernos en Primera.
Presentarse a competir como hemos hecho en ocasiones ante equipos como los mencionados no tiene defensa. Las consecuencias y necesidades vienen después. Ganar al líder o ser adelantados por más equipos que acaban creyendo en algo más que una simple permanencia y se suman a los tradicionales rivales por Europa. El año que ni Sevilla ni Valencia aparecen por ahí, de momento sólo novenos.
El domingo viene un rival con bajas importantes y la Liga más que encarrilada. Hace bien poco han sido derrotados por el Almería; nadie cree que seamos menos que los andaluces. Y apretamos, y mucho, en una grada con 50.000. ¡Athletic, ahí te queremos ver!
Política de incomunicación
Una semana más, y van… Sorprende y mucho tanta cabezonería por parte de presidente y Junta Directiva. Cuando no compromiso electoral con el socio, sí lo es moral darle periódicamente explicaciones respecto a aquello relevante en el día a día del club. Es muy fácil prometer transparencia y cercanía al socio, pero obras son amores. No se trata de comparecer diariamente, sí con una periodicidad suficiente para que los temas de candente actualidad sean cuestionados por nuestros representantes a tal efecto, la prensa deportiva local. No basta con comparecer en la Asamblea General una vez al año.
Con la cantidad de incendios existentes, considerar que el socio no merece explicaciones es algo que hubiese sido interesante conocer en su momento, cuando se le pide el voto. Posiblemente, parte de la masa social optase por otra alternativa camino de la urna.
Sorprende, y mucho, la discrepancia constatada entre promesas o planteamientos previos y actuaciones posteriores al tener capacidad de aplicarlas donde hay que hacerlo, Ibaigane. Que empleados a sueldo del club o de la Fundación realicen cómodas entrevistas sin repreguntas ni cuestiones espinosas, obviando las demandas del socio de la calle, ni camino ni solución. Desde Ibaigane no estaría de más echar la vista atrás y recordar proyectos que, saliendo muy fortalecidos en las urnas, en sólo dos años presenciaron pañoladas masivas y dimisiones multitudinarias en la Asamblea General cuando lo deportivo se desmoronó. A tiempo de corregir errores. La masa social lo agradecería.
Si nada se tuerce, aquí en siete días.