Austin Reaves, alegría y dolor de cabeza a partes iguales para los Lakers

Austin Reaves, alegría y dolor de cabeza a partes iguales para los Lakers

Austin Reaves ha sido una de las grandes revelaciones (más bien confirmación) de la temporada de Los Angeles Lakers. El jugador de segundo año, no elegido en el Draft y repescado por el buen ojo del GM Rob Pelinka, está siendo clave en una campaña plagada de incertidumbres en L.A. Una de las pocas que parecen claras, a estas alturas, es que el equipo intentará por todos los medios renovar al escolta de 24 años.

El problema es que no será fácil ni barato conseguirlo. Ahora mismo, Reaves cumple su segundo año de contrato por el mínimo de 2,4 millones del convenio colectivo para jugadores no seleccionados en el Draft de la NBA. Al término del mismo, pasará a ser agente libre restringido, aunque para fortuna de los angelinos mantienen derecho de tanteo con las ofertas de otras franquicias.

El asunto es que el rendimiento de Reaves le puede situar a precios desorbitados ahora mismo para las arcas angelinas, muy sobrecargadas con los contratos de LeBron James y Anthony Davis. La normativa NBA establece que los Lakers solo pueden ofrecerle unos 51 millones de dólares y cuatro temporadas a Reaves de forma directa. Todo apunta a que habrá franquicias con margen salarial que suban esa oferta a unos 100 millones.

De nuevo, los dolores de cabeza con el contrato del jugador tienen una salida de emergencia para los Lakers. La provisión Gilbert Arenas, establecida tras un caso similar que afectó a los Warriors y que aprovecharon los Wizards en su día, permite que L.A. tenga derecho a igualar la mejor oferta a Reaves. Eso sí, para conseguirlo deberán sí o sí liberar masa salarial.

Hace relativamente poco, Alex Caruso protagonizó un culebrón parecido y quizás los Lakers hayan escarmentado. En su caso, no igualaron la oferta de los Chicago Bulls y le dejaron marchar libre, aunque sabían que no sería fácil cubrir su hueco en el mercado. Aunque ahora disfrutan de él sobre la pista, los de púrpura y oro saben que en junio empezarán los dolores de cabeza para poder firmarle con un nuevo contrato merecido pero caro. Si no están dispuestos a desembolsar 100 millones o más, podrían perder a otro pilar de la plantilla y talento con mucho futuro.




Source link