Ava DuVernay, la nueva voz de las minorías en Hollywood

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Ava DuVernay es una directora de cine negra en un mundo regido por hombres blancos, Hollywood. Pero también es una figura inspiradora por su lucha por los derechos civiles desde su juventud que el pasado día 10 vio recompensado su trabajo y su empeño en perseguir la igualdad de oportunidades para negros y blancos, con su nombramiento como miembro del comité directivo de la Academia de los Oscar. Un órgano formado por 54 personas que, con la incorporación de DuVernay, pasa a estar compuesto por 26 mujeres y 12 miembros de minorías, y que se presenta como el más diverso de la historia.La potencia de su discurso y de sus obras parte del amor por el arte que fomentó durante su infancia en ella su tía Denise, una enfermera que prefería trabajar en turnos de noche para dedicarse durante el día a su pasión, que era la literatura, el teatro…, el arte en general. “Ella trabajó para vivir”, dijo DuVernay sobre su familiar en una entrevista de 2017 en el Smithsonian Magazine, “pero lo que amaba en la vida eran las artes. Se alimentaba de eso y fue una gran influencia para mí”. También lo fue su madre. Ambas le inculcaron su pasión compartida y le enseñaron que arte y activismo podían combinarse. Su madre, Darlene Maye, solo tenía 18 años cuando tuvo a Ava y trabajó de cajera de un banco, gerente de recursos humanos y directora de un centro de preescolar para criar a sus hijas. Su padre biológico le dio su apellido y prácticamente desapareció de su vida, y fue su padrastro Murray Maye, que murió en 2016, quien realizó ese papel con ella. Poco más se sabe de su vida personal que lleva con gran discreción, salvo que entre sus planes no está tener hijos.Licenciada en Inglés e Historia Afroamericana por la Universidad de California en Los Ángeles, su carrera profesional comenzó como periodista, donde llegó a cubrir el juicio de O. J. Simpson para CBS News. Pero no debió de convencerla este campo y probó con las relaciones públicas, un sector en el que llegó a crear su propia agencia, The DuVernay Agenct, en 1999. Durante este período diseñó campañas de marketing para películas como Dreamgirls o Invictus. Y su faceta empresarial la condujo también, años más tarde, a desarrollar una red de salones, Urban Beauty Collective, destinados a clientes afroamericanos, según publicó Le Monde en mayo de 2018.Sin embargo su voz y la visión que se ha ido convirtiendo en más poderosa en su vida llegó de la mano de documentales, películas y series para televisión. Su pelea ha sido hacer que Hollywood sea más inclusivo y hoy, con 47 años, ha llegado a un puesto en el que su opinión puede que influya para que negros y mujeres sean más considerados en una industria que es un espejo de la sociedad y debe evolucionar.Ava DuVernay nació el 24 de agosto de 1972 en Long Beach, en el sur de Los Ángeles, y es la mayor de cinco hermanos. Se crió con su madre en California pero durante los veranos visitaba un lugar de Alabama, no muy lejos de Selma, la localidad de la que partieron en 1965 tres marchas con dirección a Montgomery. 87 kilómetros de recorrido que reivindicaron el deseo de los ciudadanos afroamericanos de Estados Unidos de ejercer su derecho a votar y que supuso un desafío a la represión segregacionista que les impedía hacerlo. Ese mismo año se aprobó la Ley de derecho de voto, un logro federal del Movimiento por los derechos civiles en el país.Se lanzó a situarse tras la cámara como directora en la década de 2000. En 2006 dirigió un cortometraje que cuenta la noche de una madre soltera, Saturday Night Life, y en 2008 llegó su primer largometraje, This is Life, un documental sobre hip-hop. Dos años después estrenó su primera película de ficción, I will follow y en 2012 recibió el premio a mejor película con Middle of nowhere (En medio de ninguna parte). Le siguió Selma, sobre la lucha de Martin Luther King por el derecho a votar de todos los ciudadanos y nominada al Oscar a Mejor película, y en 2018, la adaptación de una novela de ciencia ficción infantil, A wrinkle in time (Un pliegue en el tiempo), para Disney que contó con un presupuesto de 100 millones de dólares, se convirtió en la primera producción importante de un afroamericano.En 2010 su compromiso la hizo crear el colectivo ARRAY para fomentar el trabajo de los cineastas de color y en particular el de las mujeres directoras y es tal su influencia que desde 2015 la firma Mattel comercializa una Barbie basada en ella. Un hecho del que ella afirmó en una entrevista: “No es suficiente tener una sola Barbie negra, porque las mujeres negras tenemos varios tipos de cabellos, ocupaciones y pasiones muy diferentes”. Como la protagonista de su película para Disney, que cambió de ser blanca en la novela original a negra en su filme, de Ava DuVernay podría decirse las mismas palabras que la directora utilizó para describir al personaje principal: “Es solo una chica negra que no tiene superpoderes pero que termina haciendo cosas extraordinarias que ni siquiera sabía”. Su llegada a la Academia de los Oscar es uno de esos logros que la han convertido en un modelo y en inspiración para muchas jóvenes, sin convertir su causa en una lucha de razas, sino en un lugar de oportunidades del que nadie debe ser expulsado. Un objetivo que fomenta con el ejemplo buscando equipos donde la diversidad no es casual sino el logro de un trabajo consciente que le hace mirar cada currículo para dar su lugar al que tiene méritos para ello.


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