No está hecho este Athletic para dos competiciones. Al menos no lo ha demostrado en el tramo del curso en el que le ha tocado compatibilizar la Liga y la Copa. Suspendido. Marchaba quinto, en puntos de Champions, cuando ganó al Granada allá por el 1 de diciembre. Fue estrenarse en el torneo del KO y comenzar el declive de resultados en el de la regularidad. Cierto es que no todo han sido malas actuaciones. Ahí están las citas ante Sevilla, Espanyol o Celta. Pero la victoria se ha resistido.
Al Athletic le ha faltado chispa en ciertos momentos y este equipo sin chispa baja muchos enteros. En el debe de Garitano está no haber podido activar a más miembros de la plantilla. Los números revelan que el fondo de armario rojiblanco es de más cantidad que calidad. La distribución de minutos en Liga es elocuente. El pastel se lo reparten 9 futbolistas que han jugado el 71% del total de los minutos. El 29% restante es para los otros 18 efectivos.
El calendario se despeja ahora para los leones y ya no hay excusas. Como mucho les quedarán un par de citas más de Copa. Ojalá que sean dos. El margen de maniobra en Liga es reducido, aunque existe. El peligro para el Athletic es quedarse en tierra de nadie con tres meses de competición por delante.
Sí, ganar la Copa lo eclipsaría todo. Pero… ¿y si no hay título? La oscilación de la nota de final de temporada no puede ir del sobresaliente por la gabarra al suspenso si no hay alegrón en La Cartuja y los bilbaínos acaban en la mitad de la tabla. Entre otras cosas porque nadie está libre de una fatalidad en Granada o en una hipotética final. En Elche y en Tenerife salió cara, sin embargo otro día podría salir cruz. Siempre hay que mantener abiertos varios frentes.
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