El italiano Enea “La Bestia” Bastiniani (Ducati Desmosedici GP21) recuperó el liderato del campeonato del mundo con su victoria en MotoGP, pero por lo visto en el circuito de Las Américas (COTA, por sus siglas en inglés) lo que nadie puede poner en duda es que la mejor versión de Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) está de vuelta en la competición.
Como vencedor de la carrera, Bastianini se merece todos los parabienes, pues supo esperar el momento propicio para superar a sus rivales y marcharse en busca de la segunda victoria de la temporada, segunda de cuatro posibles, todo un hito para un piloto de una escudería satélite, que dejó atrás a todos los pilotos oficiales de la marca de Borgo Panigale, que gracias a él consiguió su primera victoria en territorio estadounidense.
Y es que Ducati tuvo una cuota de protagonismo impresionante en COTA, pero quizás también debido a un Marc Márquez que se lo quiso tomar con calma en su regreso tras sufrir un nuevo proceso de “diplopía” en su visión, pero que llegó a la carrera “muy vivo” y con muchas ganas de competir.
Pero la mala suerte o mejor dicho, la electrónica, le jugó una mala pasada al piloto de Repsol Honda, que se quedó “clavado” en la salida y de una más que meritoria octava posición en la formación de salida que le habría permitido pelear por el podio, sino por la victoria, pasó al último lugar y obligado a remontar sin cometer fallos.
Bien se pudiera decir que hubo dos carreras en el circuito de Austin, una la de todos los pilotos de la categoría, y la otra la de Marc Márquez contra sus “fantasmas” y sus dolencias físicas, que no han sido pocas, durante las dos últimas temporadas.
Y si algo quedó claro a tenor de todo lo visto, es que Marc Márquez sigue siendo el mismo de siempre, ambicioso, agresivo y luchador nato, lo lleva “de serie” en su ADN.
Lejos de hundirse tras dejarle “plantado” su Repsol Honda, comenzó una remontada que en las primeras vueltas le llevó a adelantar rivales de dos en dos, hasta que la situación, con los más rápidos, se complicó.
En ningún momento arrojó la toalla Marc Márquez, sólo lo hizo cuando su resistencia física le dijo ‘hasta aquí hemos llegado’, pero es que en ese momento era sexto, había superado al vigente campeón del mundo, el francés Fabio Quartararo (Yamaha YZR M 1).
Quartararo, pundonor y título mundial exigen, se intentó “venir arriba” en esos instantes para pelear el puesto a Márquez, pero el ocho veces campeón del mundo se revolvió como un león cuando ataca para defender con uñas y dientes una posición que se había ganado, nunca mejor dicho, con el sudor de su frente.
El campeonato llega a Europa
El campeonato del mundo llega ahora al Viejo Continente, visitando dentro de dos semanas el trazado de Portimao, en Portugal, para una semana más tarde viajar hasta el “Ángel Nieto” de Jerez de la Frontera, unas citas que muchos pilotos esperan con confianza, pues para muchos el “verdadero” mundial empieza a partir de entonces y será ahí donde se empezarán a definir las aspiraciones de unos y otros en todas las categorías.
Entonces, Marc Márquez arribará a Portimao como décimo tercer clasificado de MotoGP pero a 40 puntos del líder Bastianini. Se han repartido ya cien puntos, pero quedan por disputarse la friolera de 17 grandes premios o, lo que es lo mismo, 425 puntos, por lo que bien se puede decir que el mundial acaba de empezar.
Y muchos aficionados seguro que cuentan ya en sus predicciones con un Marc Márquez que puede dar todavía muchas satisfacciones y momentos de gloria a lo largo de esta temporada y las venideras. El que estas líneas suscribe, al menos, es de esa opinión.