Benzema tutea a Cristiano


Karim Benzema y Cristiano Ronaldo honraron la memoria de Ferenc Puskas en Budapest. El mano a mano de los dos artilleros ilustró un partido más tenso que bien jugado y animado por el silbato de Mateu Lahoz. Hasta tres penaltis pitó el colegiado español en una jornada de mucho suspense por el resultado del Alemania-Hungría. El intervencionismo del colegiado no afectó en cualquier caso la clasificación de los dos equipos para octavos (Portugal ante Bélgica y Francia ante Suiza) ni alteró el pulso de los arietes, que firmaron un doblete cada uno, ambos significativos: Benzema se estrenó en su regreso a la selección, ausente desde el año 2015 —ya suma 29 tantos—, y Cristiano igualó el récord histórico del iraní Ali Daei como máximo goleador en selecciones: 109.

No hay torneo que se resista al gatillo de Cristiano, pichichi también de la Champions, y es también la temporada de Benzema, decisivo en la Liga con el Madrid. Juntos o por separado, ambos son dos delanteros extraordinarios, figuras destacadas de la Eurocopa. El portugués ya cuenta con cinco dianas y el francés fue un alivio para una selección que juega con la presión de ser la favorita del torneo por su condición de finalista de la pasada edición y campeona del mundo de 2018.

La exigencia individual y colectiva es máxima en cada partido para el equipo de Deschamps. Ya no le alcanza con ganar, sino que se le pide que juegue bien y demuestre que es la mejor camino de la final del día 11. Tiene tantos recursos que sus alineaciones generan debates inacabables, como si fueran síntoma de no se sabe muy bien qué, sobre todo después de resultados inesperados como fue el empate con Hungría. El seleccionador cambió a los laterales y puso a Tolisso por Rabiot contra Portugal. La nómina de esforzados es tan infinita que Griezmann parece un soldado al servicio de la causa de Mbappé.

A Portugal también se la mira por el final más que por el principio porque depende de Cristiano. Fernando Santos no para de mover a los centrocampistas de manera que hasta Bruno Fernandes puede ser suplente mientras se mantiene como zaguero Semedo. Mbappé no dejó de percutir al inicio por el costado del exjugador del Barcelona. Aunque tiene gol, el delantero francés anuncia casi siempre por dónde irá su tiro y facilita la tarea de su marcador y de porteros como Rui Patricio. El gol acostumbra a ser una cuestión de paciencia porque los volantes no paran de buscar a Mbappé y a Benzema mientras Kanté barre la divisoria con la ayuda del también musculado Pogba. La espera resulta a veces infinita y más cuando a los dos contendientes les viene bien el empate como pasaba con Portugal.

El tedio se acabó a la media hora cuando Mateu Lahoz pitó penalti después de que el puño derecho de Lloris noqueara a Danilo Pereira a la salida de una falta botada por Moutinho. Aunque protestaron los franceses, la falta pareció clara y Cristiano Ronaldo no perdonó desde los 11 metros: 1-0. El gol desquició a los muchachos de Deschamps. Jugaba el equipo al pie, sin profundidad, falto de fútbol por los costados, estrangulado por un serio rival liderado por Renato Sanches. Hasta que el clarividente Pogba filtró el balón para la carrera de Mbappé. El francés cayó en el forcejeo con Semedo y Mateu pitó sorprendentemente penalti ante el asombro de los jugadores de Portugal. Benzema no dio opción a Rui Patricio.

No hubo más que dos jugadas a balón parado cuando el partido llegó al descanso en Budapest. Francia necesitaba aire y Deschamps recurrió a Digne mientras Palinha sustituía al aturdido Danilo en Portugal. El lateral zurdo no duró ni cinco minutos en la cancha porque se lesionó después de que Koundé habilitara desde el costado opuesto a Benzema. El delantero madridista le ganó la espalda a Rúben Dias y cruzó la pelota sobre la salida de Rui Patricio para poner el 1-2. El marcador apremió a Portugal porque se quedaba fuera del torneo y a su rescate acudió Cristiano. El delantero de la Juve cazó un balón desde la izquierda y su centro dio en el brazo de Koundé. Mateu volvió a pitar penalti, que transformó de forma impecable el propio Cristiano.

Pogba, el mejor

Ya no hubo más penaltis, a pesar de que los franceses reclamaron como pena máxima una caída de Coman, ni tampoco más goles, sobre todo porque Rui Patricio se lució a mano cambiada ante un disparo de Pogba. El volante fue el futbolista del partido por su despliegue y también por su visión para leer los desmarques de Griezmann. El jugador azulgrana se ha convertido también en su selección en un jugador de equipo, muy solidario defensivamente y menos brillante en ataque, siempre en un segundo plano porque los focos persiguen a Mbappé.

El delantero del PSG acabó por salirse del encuentro después de un inicio prometedor, exuberante ante la marca de Semedo. Mbappé se conformó con presenciar el emocionante diálogo entre Benzema y Cristiano Ronaldo. Nadie dudó nunca del apetito del portugués y en cambio había más dudas sobre el acierto del francés, finalmente redimido para acabar momentáneamente con el debate que pervive en Francia sobre la demarcación del 9. Deschamps siempre acaba por encontrar a un jugador que le evite dar explicaciones sobre la actuación sospechosa de Francia.

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