El presidente Bolsonaro, a la izquierda, y Joe Biden, a la derecha, durante la reunión bilateral.Evan Vucci (AP)
Era uno de los encuentros más esperados del día. De un lado, el anfitrión de la cumbre, el presidente Joe Biden. Del otro, el polémico Jair Bolsonaro, quien aterrizó en la reunión de Los Ángeles sin ocultar su preferencia por Donald Trump. El brasileño fue uno de los últimos en reconocer el triunfo del actual habitante de la Casa Blanca en las presidenciales de 2020. Este jueves, no podía haber más distancia entre los mandatarios. Su reunión bilateral, de una media hora, tuvo un frío arranque. Nada que ver con la que el estadounidense había mantenido horas antes con el canadiense Trudeau, que comenzó con un “no hay mejor amigo en el mundo que Canadá”. En esta, en cambio, no hubo apretón de manos ante las cámaras y apenas hubo contacto visual entre los dos. Biden rompió el hielo refiriéndose a las elecciones de octubre en el país sudamericano, que enfrentarán a Bolsonaro con Lula da Silva. “Brasil es un gran lugar, por su gente y por su vibrante democracia inclusiva, además de sus robustas instituciones electorales”, aseguró el mandatario estadounidense, quien estuvo por última vez en el país en el Mundial de 2014.
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Bolsonaro, quien no habla inglés, buscó terreno común. “Amamos la libertad, somos demócratas y compartimos los mismos valores”, anunció. Pero la historia del origen de este encuentro pone en dudas esta visión compartida. El brasileño solo aceptó acudir a la Cumbre de las Américas después de que el estadounidense le enviara un emisario a Brasilia con la promesa de una reunión bilateral. Washington necesitaba invitados de peso para salvar la cumbre tras la ristra de cancelaciones provocada por la exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Bolsonaro aceptó la invitación con la intención de aprovechar la foto con el líder de la primera potencia para proclamar que no es un paria internacional e impulsar su carrera a la reelección.
La prensa brasileña asegura que Bolsonaro había pedido a los organizadores de la cumbre que Biden no hablara de temas espinosos: ni el medioambiente y Amazonia, ni las elecciones brasileñas de octubre, sobre las que el mandatario no deja de sembrar dudas. Pero los dos temas salieron a flote este jueves, traídos a la mesa por el polémico mandatario de derechas, quien fue quien habló casi todo el tiempo durante el encuentro.
El brasileño visitó a Vladímir Putin en Moscú en vísperas de la guerra de Ucrania. Hoy, ante Biden, ha dicho que reza para que el conflicto acabe y el mundo “vuelva a la normalidad”. Defendió su decisión de no sumarse a la casi unánime condena de Occidente contra la invasión rusa. “Siempre adoptamos una posición de balance. Queremos la paz y siempre haremos todo lo posible por alcanzarla… pero tengo un país que administrar y debido a su dependencia de algunos objetos debemos ser siempre cautelosos”, ha señalado ante Biden.
También habló sobre el Amazonas, cuya deforestación ha hecho saltar las alarmas de toda la comunidad internacional y ha provocado preocupación por su peso como pulmón de la región. “Es una zona más grande que el Oeste de Europa. Tiene riqueza y biodiversidad, recursos de minería, agua potable y es una fuente de oxígeno. En ocasiones sentimos amenazada nuestra soberanía en esa área, pero Brasil preserva su territorio muy bien. Más del 85% de la Amazonía está preservada”, ha dicho Bolsonaro, quien ha asegurado que la nación que encabeza se convertirá en el mayor exportador de energías limpias gracias al hidrógeno.
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Horas antes del encuentro, Bolsonaro puso en duda el interés de la comunidad internacional para defender la Amazonía con recursos internacionales. “Siempre se habla de eso, pero cuando es hora de colocar el dinero sobre la mesa no se coloca”, afirmó el mandatario a los periodistas que lo siguieron desde Brasilia.
El encuentro fue “excepcional”, según Bolsonaro. “Mucho mejor de lo que esperaba”, dijo esta tarde el presidente. Biden lleva año y medio en el poder y el brasileño se ha plegado a la realidad a pesar de que hasta hace poco seguía poniendo en duda el resultado electoral que sacó a Trump de la Casa Blanca. “Ahora, el presidente es Joe Biden, es él con quien hablo. Este tema ya no se discute”, declaró un día antes de ser recibido por Biden.
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