A menos de una semana de la cumbre de la OTAN en Vilnius (Lituania), Suecia sigue sin lograr el respaldo unánime de los miembros para incorporarse a la Alianza Atlántica. La resistencia de Turquía y Hungría ha ido dejando en al aire su ingreso. De lo que no hay duda es de que puede contar con el apoyo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden. El mandatario estadounidense ha recibido al primer ministro sueco, Ulf Kristersson, este miércoles en la Casa Blanca y ha reiterado ese mensaje. Al comienzo de la reunión, Biden ha calificado a Suecia de “valioso amigo y socio” y ha dicho que espera “ansiosamente su ingreso” en la OTAN.
Kristersson ha agradecido a Biden “la amable invitación” a la Casa Blanca y “el fuerte apoyo a la adhesión de Suecia a la OTAN”. “Suecia y Estados Unidos comparten muchos valores y prioridades desde hace mucho tiempo, pero no menos en estos momentos. Eso se aplica a la gestión de la guerra en Ucrania”. Ha reconocido también el “liderazgo y la unidad transatlántica” que ha impulsado Biden. El primer ministro sueco ha mencionado como otros retos compartidos la crisis climática y “los desafíos que China crea para las democracias”.
El presidente de Estados Unidos ha insistido en que “Suecia es un socio capaz y comprometido”, y ha añadido: “Quiero reiterar que Estados Unidos apoya plenamente, plenamente, plenamente el ingreso de Suecia en la OTAN. La conclusión es simple: Suecia va a hacer más fuerte nuestra alianza”.
Biden ha subrayado que Suecia comparte el “mismo conjunto de valores” que los países de la OTAN. Ha señalado que el acuerdo bilateral entre ambos países ya está afrontando retos como la crisis climática. “Y estamos dando un paso adelante para proteger nuestros valores democráticos compartidos, incluyendo la provisión de seguridad y asistencia militar” en Ucrania, ha indicado.
El presidente de Estados Unidos ya escenificó en la Casa Blanca hace algo más de un año su bienvenida a la entrada en la OTAN de Finlandia y Suecia con la visita de la entonces primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y del presidente finlandés, Sauli Niinistö. Ambos países decidían poner fin a su larga tradición de neutralidad y sumarse al bloque militar occidental en respuesta a la invasión de Ucrania.
Finlandia, que comparte una frontera de unos 1.300 kilómetros con Rusia, se incorporó el 4 de abril a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como su 31º miembro, pero Suecia, que lleva más de 200 años sin alinearse, sigue llamando a la puerta. Desde octubre lo hace con el conservador Kristersson, de 59 años, como primer ministro. La adhesión de un nuevo país requiere la aprobación unánime de los miembros y Estocolmo no ha logrado convencer por ahora ni a Hungría ni, sobre todo, a Turquía.
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A principios de junio, tras la reelección de Recep Tayyip Erdogan como presidente turco, el Gobierno sueco pensó que se abría una oportunidad y subrayó que, tras la entrada en vigor de una nueva legislación antiterrorista, había cumplido con todos sus compromisos.
Erdogan, sin embargo, sigue sin dar señales de haber cambiado de opinión y afirma que no dará su brazo a torcer mientras “decenas de terroristas sigan campando a sus anchas” por Estocolmo. El presidente turco acusa a Suecia de ser blanda con los grupos que, según él, suponen una amenaza para la seguridad, incluidas las organizaciones militantes kurdas y personas relacionadas con el intento de golpe de Estado de 2016. La quema pública de un Corán hace unos días en Estocolmo ha complicado aún más la relación.
Hungría también tiene pendiente aprobar la candidatura sueca. El Gobierno de Viktor Orbán acusó a los políticos suecos de decir “mentiras descaradas” sobre el estado de la democracia húngara y los legisladores han pospuesto la votación parlamentaria sobre el ingreso de Suecia hasta el periodo de sesiones de otoño.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado que diplomáticos de Turquía y Suecia se reunirán el jueves en la sede de la Alianza en Bruselas para mantener conversaciones encaminadas a superar las objeciones turcas. El objetivo de lograr un entendimiento antes de la cumbre de Vilnius se ha complicado.
El apoyo de Estados Unidos al ingreso de Turquía era el tema estrella de la reunión en el Despacho Oval, pero la Casa Blanca ya había anunciado que se trataría también sobre la guerra de Ucrania. Kristersson ha condenado enérgicamente la invasión rusa. El 15 de febrero se reunió en Kiev con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, y anunció que Ucrania sería una prioridad durante la presidencia sueca del Consejo de la UE, finalizada el pasado 30 de junio.
El Gobierno sueco ha presentado 12 paquetes de ayuda militar para Ucrania desde el comienzo de la guerra. El mes pasado anunció formalmente planes para proporcionar formación a pilotos y personal de tierra del ejército ucranio en aviones de combate JAS-39 Gripen.
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