La sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que deroga la consideración del aborto como derecho constitucional ahonda la división y polarización política en Estados Unidos. Mientras los demócratas han salido en tromba a criticar al Supremo, los republicanos han celebrado la decisión. El presidente, el demócrata Joe Biden, ha señalado que es un “día triste para el país” y ha pedido al Congreso recuperar el derecho al aborto como ley federal en el Congreso. “Esto no se ha acabado”, ha dicho. No será fácil. Los republicanos han aplaudido la sentencia y prometen aprobar leyes contra el aborto en los Estados que controlan.
Ambos partidos tratarán de usar el aborto como baza electoral ante las elecciones legislativas de mitad de mandato del próximo 8 de noviembre, en las que se renueva un tercio del Senado y toda la Cámara de Representantes. Con la popularidad de Biden por los suelos por la inflación y unas malas perspectivas electorales que ponen a los demócratas en riesgo de perder el control de las dos cámaras, el aborto puede servir para movilizar a sus votantes.
El exvicepresidente con Donald Trump, Mike Pence, al que se considera el ideólogo de la renovación conservadora del Tribunal Supremo, ha celebrado la noticia: “Hoy, la vida ha ganado. Al anular el caso Roe contra Wade, el Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado al pueblo estadounidense un nuevo comienzo para la vida. Felicito a los jueces de la mayoría por tener el valor de sus convicciones. Al devolver la cuestión del aborto a los Estados y al pueblo, este Tribunal Supremo ha corregido un error histórico y ha reafirmado el derecho del pueblo estadounidense a gobernarse a sí mismo a nivel estatal de forma coherente con sus valores y aspiraciones”, ha escrito en su cuenta de Twitter, subrayando que el precedente que instituyó el derecho al aborto ha sido echado “al montón de cenizas de la historia”. Pence ha prometido esforzarse en llevar “la defensa del no nacido y el apoyo a las mujeres con embarazos en crisis” a todos los Estados.
El expresidente Barack Obama ha lamentado en su cuenta de Twitter la decisión. “Hoy, el Tribunal Supremo no solo revocó un precedente de casi 50 años, sino que relegó la decisión más intensamente personal que alguien puede tomar a los caprichos de políticos e ideólogos, atacando las libertades esenciales de millones de estadounidenses”. El exmandatario ha llamado a la movilización para defender el derecho. “Durante más de un mes, sabíamos que llegaría este día, pero eso no lo hace menos terrible”, ha añadido, en referencia a la filtración de la opinión del juez Samuel Alito, a primeros de mayo.
Michelle Obama ha recurrido también a Twitter para mostrar su desconcierto, colgando una carta en la que también anima a los estadounidenses a respaldar a las principales organizaciones de salud sexual y reproductiva. “Estoy desconsolada. Estoy desconsolada por la gente en todo este país que acaba de perder el derecho fundamental de tomar decisiones informadas sobre sus propios cuerpos. Me llena de tristeza que podamos vernos abocados a aprender las dolorosas lecciones de un tiempo anterior a [la sentencia] Roe contra Wade, un tiempo en el que las mujeres arriesgaban sus vidas en abortos ilegales. Una época en la que el Gobierno negaba a las mujeres el control sobre la reproducción, las forzaba a proseguir embarazos que no deseaban y las abandonaba cuando esos hijos nacían”.
La también demócrata Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y candidata a la presidencia en 2016 frente a Donald Trump, ha escrito en Twitter: “La mayoría de los estadounidenses creen que la decisión de tener un hijo es una de las más sagradas que existen, y que tales decisiones deben quedar entre los pacientes y sus médicos. La opinión del Supremo de hoy permanecerá en la infamia como un paso atrás para los derechos de las mujeres y los derechos humanos”. También alentó a sus seguidores a movilizarse para revertir la decisión del Alto tribunal.
“Esto es lo que sucede cuando el extremismo toma el control… perdemos nuestra capacidad de proteger a nuestros ciudadanos de la violencia armada y las mujeres perderemos el derecho a tomar una decisión… sobre nuestros propios cuerpos”, ha dicho a los periodistas la gobernadora de Nueva York, la demócrata Kathy Hochul, en referencia a las dos sentencias consecutivas del Supremo, la publicada este jueves que consagra el derecho a llevar armas en público, y la de hoy acerca del aborto. “Este es un día negro (…) pero no dejaremos de luchar”, ha escrito después en Twitter.
La congresista Alexandria Ocasio-Cortez, una de las representantes de la facción más progresista del Partido Demócrata, ha recurrido también a Twitter para pronunciarse sobre el fallo. “Derogar Roe y prohibir los abortos no hará que desaparezcan. Solo los hace más peligrosos, especialmente para las mujeres más pobres y marginadas. La gente morirá a causa de esta decisión. No pararemos hasta que se restablezca el derecho al aborto en los Estados Unidos de América”.
La Iglesia católica estadounidense ha celebrado la decisión del Supremo. “Este es un día histórico en nuestro país. Durante casi 50 años, Estados Unidos ha impuesto una ley injusta que ha permitido que algunos decidan si otros pueden vivir o morir; esta política ha resultado en la muerte de decenas de millones de niños no nacidos, generaciones a las que se les negó el derecho incluso a nacer (…) Damos gracias a Dios hoy por que la Corte ahora ha anulado esta decisión. Rezamos para que nuestros funcionarios electos ahora promulguen leyes y políticas que promuevan y protejan a los más vulnerables entre nosotros”, dice el comunicado de los obispos estadounidenses, firmado por el arzobispo de Los Ángeles, José H Gomez, presidente de la Conferencia Episcopal, y el de Baltimore, William E. Lori. Hace ahora un año, los obispos de EE UU amenazaron con denegar el sacramento de la comunión a Joe Biden, el segundo presidente católico del país, por su apoyo al aborto.
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