La inflación se ha convertido en la obsesión de Joe Biden. Las subidas de precios están hundiendo su popularidad más que cualquier otro problema que afecta a los estadounidenses. Con una inflación desbocada en el 8,6% su máximo en 40 años, la Reserva Federal está aplicando sus mayores subidas de tipos desde 1994, que pueden provocar incluso una recesión. El margen de maniobra de Biden es muy escaso y su último plan es suspender temporalmente el impuesto sobre la gasolina.
La medida permitiría una rebaja de 18,4 centavos en el precio por galón (de cerca de unos 5 centavos por litro), muy poca cosa en comparación con los aproximadamente dos dólares por galón que ha subido el precio de los combustibles en Estados Unidos en el último año, pero al menos permitiría a Biden mostrar algo de iniciativa real al respecto.
El impuesto federal, en todo caso, depende del Congreso, que es quien tendría que aprobar la suspensión. En Estados Unidos, además del impuesto federal, que lleva congelado desde 1993 en esos 18,4 centavos, se aplican a la gasolina impuestos estatales que encarecen de media otros 31 centavos por galón el combustible, aunque oscilan entre los 8,95 centavos de Alaska y los 58,8 de California.
Este lunes, los periodistas le preguntaron al presidente si se planteaba proponer una suspensión del impuesto federal a la gasolina: “Sí, lo estoy considerando”, dijo Biden a los periodistas tras dar un paseo por la playa cerca de su casa de vacaciones en Delaware. “Espero tener una decisión basada en los datos, que busco para el final de la semana”.
Con el impuesto sobre las gasolinas se financia en parte el mantenimiento de las carreteras. Al ser preguntado de nuevo este martes sobre el impacto sobre esa partida, Biden ha dicho: “Tenemos una ley de infraestructuras gigante aprobada, de 1,2 billones de dólares”. Y ha añadido: “Mire, no es como antes. Tendrá algún impacto, pero no va a ser un impacto en la construcción de carreteras y en reparaciones importantes”, como dando por hecha la medida. Biden, sin embargo, se ha negado a confirmar que la decisión esté tomada y ha insistido en que durante esta semana habría novedades.
A la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre también le han preguntado este martes por el mismo tema y de nuevo ha sonado a que todo está listo para el anuncio: “No quiero adelantarme al presidente. No tenemos nada que anunciar en este momento. Una vez que lo hagamos, lo haremos y estaremos encantados de responder a todas las preguntas en torno a esa decisión en ese momento… Y si toma esa decisión”.
La Casa Blanca ha incluido ya en su programa para este miércoles una intervención a las 14.00 horas de Washington (20.00, hora peninsular española) en la que hará “comentarios sobre el precio de la gasolina y la Subida de Precios de Putin”, como habitúa a referirse al encarecimiento de la energía y los alimentos, impulsado en parte por la guerra de Ucrania.
Tras esa convocatoria y los comentarios del presidente, varios medios estadounidenses, entre ellos Bloomberg, que cita una fuente que ha pedido el anonimato, han señalado que el anuncio sobre la suspensión del impuesto federal será este mismo miércoles. Biden hará un llamamiento al Congreso para que la apruebe, porque es el poder legislativo el que tiene las competencias sobre la materia. Una alternativa a la suspensión del impuesto que estaba estudiando Biden es la de ayudas federales en forma de una tarjeta para gasolina o una fórmula similar.
El presidente se queja de que el Partido Republicano hace todo lo que puede para bloquear sus iniciativas para abaratar los costes de las familias. Sin embargo, una suspensión del impuesto a la gasolina como la que plantea puede tener también alguna resistencia en las filas demócratas, pues en el Congreso se hizo un gran esfuerzo por sacar adelante la ley de infraestructuras. Además, no terminan de fiarse de que esa suspensión beneficie de verdad a los consumidores y temen que vaya a engrosar los márgenes de las empresas.
Biden ha efectuado, de hecho, críticas hacia las compañías petroleras, a las que ha responsabilizado en parte del encarecimiento de la gasolina hasta niveles récord. La Casa Blanca anunció públicamente que Biden había escrito a los presidentes de las petroleras una carta. El presidente ejecutivo de Chevron, Mike Wirth, ha hecho pública su respuesta a través de otra carta en la que reclama a Biden “una aproximación diferente” a la de atacar a las compañías y propone cooperar para buscar soluciones juntos. Al ser preguntado este martes por esa respuesta, Biden ha contestado: “Es algo sensible. No sabía que iba a herir sus sentimientos tan rápidamente”.